Venezuela resolverá antes de agosto la nacionalización decidida hace un año de las filiales en el país de las productoras de cemento de capital mexicano, suizo y francés, anunció ayer el viceministro de Industrias Básicas, Jesús Paredes.

El también presidente de la Fábrica Nacional de Cemento declaró a la agencia estatal de noticias ABN que el proceso avanza "de manera efectiva y sin trastornos en los casos de la francesa Lafarge y la suiza Holcim, no así con la mexicana Cemex".

El viceministro agregó que Caracas ya tiene "control completo" de la gestión de las plantas y lo que queda "es concretar, en un máximo de cuatro meses, la firma del instrumento de transferencia al Estado de las acciones".

Las nacionalizaciones "revertirán por completo el concepto comercial de gestión cementera que la empresa privada venía ejecutando", ante lo cual "el crecimiento sostenido del sector está garantizado", subrayó.

La francesa Lafarge y la suiza Holcim, que presentó una demanda judicial, negocian con el Gobierno venezolano para seguir en el país con una participación minoritaria en sus filiales.

En el caso de la mexicana, el Gobierno decidió su expropiación total previo pago de sus activos, que valora en 400 millones de dólares, pero afirma que Cemex pide 1.300 millones.

Chávez ha declarado que antes del 26 de septiembre se fijará sobre la mexicana "un precio justo, en función de los informes de varias auditorías".

La compañía suiza presentó una denuncia contra Venezuela ante el tribunal arbitral internacional del Banco Mundial por no haber recibido la indemnización correspondiente. Venezuela, según la empresa, no ha respetado el contenido de ese acuerdo, por lo que reclama una indemnización equivalente al valor de mercado de su filial en el momento de su nacionalización.