Como cada año, la asociación de Viudas Católicas Nuestra Señora de Candelaria celebró su aniversario, y ya son cuarenta y cinco desde que en 1973 un grupo de mujeres tinerfeñas, viudas, se organizó para ofrecer protección social a quienes atraviesan un trance semejante.

Hoy, como entonces, la asociación de viudas celebra la vida, no la pérdida, y para ello no dudan en organizar una vez al año una fiesta por todo lo alto en su sede de la calle Porlier, en la capital tinerfeña.

Una vez más, el Ayuntamiento de Santa Cruz estuvo a su lado para compartir, no solo comida y bebida, sino también un jaranero grupo mariachi que amenizó la fiesta y puso a prueba el buen estado de forma y el mejor ánimo de las viudas.

"Estas mujeres están hechas de una pieza", reconoció la primera teniente de alcalde, Zaida González. "Tienen un programa de actividades muy completo durante todo el año, pero lo fundamental es que siguen fieles, como el primer día, a su compromiso de dar aliento y cariño a las mujeres y a sus hijos ante una pérdida así".

Aunque reconocen que hoy en día existen más recursos, las viudas no han perdido ni un ápice del ímpetu original ni los principios cristianos con que nacieron y recuerdan que en otros tiempos, cuando no se hablaba apenas de la defensa de los derechos de la mujer, ellas ya estaban en ello, al pie del cañón, sin hacer ruido pero sumando siempre. Hoy igual que ayer.