No podemos obviar lo que nos interesa Venezuela a los canarios. Venezuela es la prolongación de Canarias y los canarios labraron Venezuela y son reconocidos allá. Tanto en el chavismo como en la oposición figuran reconocidos isleños. Y también por eso nos duele tanto Venezuela.

Mas el chavismo se resquebraja. La oposición acaba de dar a conocer una conversación entre un agente cubano del G2 y un conocido portavoz chavista que ejerce de periodista en la televisión. En esta grabación se vierten graves acusaciones contra el presidente de la Asamblea, Diosdado Cabello, un tenientillo que ayudó a Chávez en su locura contra Carlos Andrés. Lo acusan de corrupto. Y alerta el cubano sobre la posibilidad de un golpe de estado de Diosdado contra Maduro, que es un patán que ni siquiera controla el ejército. Porque al ejército lo controlan los cubanos y precisamente un general cubano retirado, fundador del G2, que está instalado en Fuerte Tiuna, la mayor guarnición del país, situada en Caracas, muy cerca del palacio presidencial de Miraflores.

¿Qué va a pasar en Venezuela? Pues que el chavismo sin Chávez no funciona. Chávez es un hombre irrepetible, que acercó el dinero del petróleo a los pobres, pero que empobreció el país, regaló demasiado crudo a sus aliados y vendió muy caras sus ganas de ser el líder de Latinoamérica. Murió sin conseguirlo, porque los poros de la América hispana respiran con permeabilidad distinta. Algunos son poros liberales, otros heredan las mañas de los viejos dictadores y se atascan. Chávez no consiguió ser líder sino entre un grupito de países que eran favorecidos con el oro negro venezolano.

Como siempre, las rupturas políticas en los países del mundo llegan por fallos en sus economías. El chavismo cederá porque el país se empobrece rápidamente, porque todo cansa y porque la oposición ha logrado que la mitad de Venezuela, rica y pobre, no quiera saber ya nada de Cuba, ni del G2, ni de todas las pompas del hombre que se fue. Está harta.

Y a falta de un líder (Maduro no lo es), muerto el pequeño dictador y destrozada la economía, esto tiene que cambiar. Por eso prepara Diosdado un golpe contra quien nunca fue su amigo: icolás Maduro. Un hombre que ha hecho realidad el famoso principio de Peter. Está en un lugar que no corresponde a su competencia y a su preparación.

¿Ruido de sables, entonces? Parece que sí. Y hay algo importante: la oposición no cesa en su lucha por alcanzar el poder que le arrebató la trampa. Y está dando el callo, tanto dentro como fuera del país.