Dice el Partido Popular que siente vergüenza ajena por las palabras de Paulino Rivero y le urge a dejar el poder. La portavoz parlamentaria de esta formación política, María Australia Navarro, afirma que Rivero se está situando fuera del sistema con sus salidas de tono. Las críticas de Paulino Rivero al trato que recibe Canarias del Estado son una "paulinada" más según la portavoz de los populares. Una necedad política más, decimos nosotros, porque solo un torpe y un incapacitado, además de un demente político, para ejercer el cargo que desempeña puede quejarse de que en Madrid lo tratan mal en vez de pedir la independencia. España nos trata mal no solo ahora, sino desde hace seis siglos; desde que las tropas castellanas, acompañadas por hordas de mercenarios hambrientos de oro y riquezas, cometieron un holocausto que a día de hoy sigue sin ser reparado. Es que todavía no se han dado cuenta de esto Paulino Rivero y su comparsa política, que se dicen nacionalistas para engañar al pueblo y conseguir votos? Un motivo más que suficiente para exigirles a los gobernantes de Madrid que nos devuelvan la libertad de la que privaron a nuestros antepasados.

Se equivoca María Australia Navarro, en cambio, cuando dice que Canarias es parte de España. No señora; no lo es aunque usted, como militante de un partido estatista, está ideológicamente obligada a defender un absurdo: la españolidad de Canarias. Nada podemos esperar ni de su partido ni del PSOE de cara a conseguir nuestra soberanía nacional, aunque no nos quite usted las ilusiones; no nos desencante con un jarro de agua fría, pese a que sabemos cómo piensan usted y los suyos. No obstante, puestos a elegir preferimos que en estos momentos gobierne el PP, que fue el que ganó las elecciones, al menos de forma transitoria hasta que salgamos de la crisis o hasta que los responsables de CC recapaciten, echen a patadas a Paulino Rivero y les den a los patriotas que hay en esa formación política la oportunidad de reconducir el nacionalismo canario precisamente hacia un auténtico nacionalismo; hacia un partido que sustituya a la mafia política en que se ha convertido CC.

¿Y qué dice, entre tanto, el demente político que nos gobierna o al menos lo intenta? Pues dice que los canarios nos sentimos parte de la Unión Europea, de sus retos y de sus preocupaciones. Qué disparate. Pero si Europa no nos quiere. Los europeos nos consideran un territorio colonizado. Este mago político todavía no se ha enterado de que como presidente de las Regiones Ultraperiféricas, preside una organización colonial, ya que eso es precisamente lo que son las regiones ultraperiféricas; unos territorios coincidentes en gran parte con los departamentos franceses de ultramar. Es decir, con las colonias de siempre. Un periódico serio como EL DÍA jamás publicaría estos desbarres de Rivero. Sin embargo, cuenta el presidente con dos diarios subvencionados para que lo entrevisten, alternativamente, los fines de semana. También sacan fotos de él revistando a las tropas españolas vestido de frac. Parece que en esta ocasión no se hizo acompañar por la goda política ataviada con mantilla y peineta hispanas. ¿Estos son nacionalistas?

"El contrato con el Estado está agotado", dice Paulino Rivero. Quienes realmente están agotados son los canarios, pero de su presencia. ¿Cuándo piensa dimitir y exiliarse? ¿Cuando se haya producido un levantamiento popular, posiblemente violento? Desde ahora decimos que si se llegara a desencadenar una primavera canaria -lo cual lamentaríamos, porque somos contrarios a todo tipo de violencia- los responsables serían esa pareja de rumanos políticos y los secuaces que los rodean, porque entre todos intentan repartirse el Archipiélago como si fuera su finca particular.

A lguien dirá que exageramos al decir que la situación de Canarias es de extrema gravedad. No es así porque los hechos nos dan la razón a diario. Canarias es la comunidad autónoma de la que han emigrado más personas en los últimos años. Nada menos que 37.000 isleños han tenido que marcharse de su tierra en busca de trabajo. La mayoría son jóvenes preparados que buscan ocupación en Gran Bretaña y Alemania. Este es el gran logro de Paulino Rivero, de su musa y de toda la chatarra política que rodea a esta pareja, cuyos componentes son respetables como personas -en sus asuntos íntimos no entramos nunca- pero despreciables como políticos. ¿Hasta cuándo?, nos preguntamos un día más. ¿Es posible que el pueblo canario sea tan aplatanado que no se eche a la calle de una vez?

No basta con exigir que se revise el marco de relaciones entre Canarias y el Estado español. Hay que poner en marcha cuanto antes una comisión para el traspaso de poderes entre la metrópoli y Canarias. La única salida que tenemos a esta crisis es librarnos del yugo colonial español. Ese es el proceso que debe abrirse cuanto antes y no el otro, el que cita Paulino Rivero, el de revisar las relaciones, pues este último solo conduce a otros seis siglos de colonialismo o muchos más.

En cuanto al día a día, sigue el gasto público y el derroche. Dice Ricardo Melchior que no suprimiría ni el más pequeño de los municipios de Tenerife. Pensamos que está equivocado. Si esas manifestaciones las hace por amor a la patria chica, podía empezar por cambiar su discurso y quitarse primero a la patria grande: a España; a un país que, además, es una falsa patria, porque los canarios, en contra de lo que dicen algunos -como lo acaba de hacer, según decíamos al principio de este editorial, María Australia Navarro- no somos españoles. En la misma línea se ha manifestado el consejero de Economía y Hacienda del Gobierno canario, Javier González Ortiz, al descartar que en el Archipiélago se vayan a producir fusiones de ayuntamientos. Según dice, en España hay más de 4.500 municipios con menos población que cualquiera de los existentes en Canarias. ¿Y a los canarios qué nos importa lo que suceda en España?, nos preguntamos nosotros. ¿Cómo es posible que un político que se proclama nacionalista esté pendiente de lo que ocurre en la metrópoli, al mismo tiempo que le da la espalda a los problemas de su tierra? En Canarias tendremos los ayuntamientos que debamos tener según nos convenga a nosotros, no siguiendo las directrices de quienes nos oprimen colonialmente. Nosotros abogamos por suprimir las corporaciones locales, no las localidades, ya que estas siempre estarán ahí con su idiosincrasia. Lo que procede cuanto antes es eliminar cargos políticos inútiles y dejar solo los funcionarios que sean imprescindibles.

Necesitamos un partido nacionalista que sea auténticamente nacionalista. Necesitamos unos políticos patriotas que piensen en estas Islas y en sus gentes en vez de en sus bolsillos. No se puede cambiar el bienestar común por la atención a los amigos. Nos preguntábamos en nuestro editorial del domingo cuál sería nuestra situación si CC fuese auténticamente un partido nacionalista y si contásemos con la cooperación de Las Palmas en la ilusionante tarea de conseguir nuestra soberanía nacional. Hemos dicho unas líneas atrás que poco podemos esperar del PSOE y del PP porque estos partidos tienen sus mandos regionales en Las Palmas. No es lógico que Tenerife, siendo la primera isla del Archipiélago en importancia, población y extensión, esté al remolque de la tercera, de la misma forma que resulta absurdo que sigamos sumidos en la miseria a la que nos ha arrojado un necio político por seguir siendo colonia de un país arruinado, cuando como nación soberana nuestro nivel de vida sería de los más altos del mundo.