PONGO un ejemplo. La carretera de acceso al Puerto de la Cruz por el Botánico, que es lo primero que ve el turista cuando llega a esta ciudad, su primera impresión, tiene unos márgenes abominables. Se creó una vía con cierta estética, llena de árboles, pero nadie limpia los paseos, ni las aceras. Por fuera de la antigua Bananera El Guanche, hoy en estado ruinoso, las cunetas parecen devastadas por una sección de tanques. Terrible.

Ni el Cabildo cuida esa vía, ni el paupérrimo Ayuntamiento portuense parece tener el más mínimo interés en conservar su estética. Es terrible, repito, pero es el síntoma de lo que estamos padeciendo. Ni siquiera somos capaces de cuidar el entorno que es lo que nos trae la poca riqueza que entra, la que procede del turismo.

Se les va la mano cobrando impuestos, amenazando al ciudadano que no los paga, ¿pero dónde van a parar esos impuestos? Pues al capítulo uno, a mantener funcionarios y personal laboral enchufado, que ha sido la sangría auténtica de las administraciones públicas. En cualquier otro país, con la mitad de personal se hace el doble. Aquí no, aquí los impuestos no van a mejorar el entorno, ni a hacer al ciudadano más feliz, ni a crear cultura; aquí los impuestos se destinan a pagar a enchufados y al doble de funcionarios de los que hacen falta. Esto es lo que nos ha arruinado.

Se precisa una reforma brutal de las administraciones públicas; de todas. Es una de las asignaturas pendientes en este país, cuya ausencia le causa una verdadera sangría. Y terminar la reforma laboral, que se ha iniciado pero no se ha concluido. ¿Por qué tiene que pagar la seguridad social de los trabajadores el empresario? ¿Por qué unas vacaciones de treinta días, pagadas, para los trabajadores? ¿Por qué no se obliga al que trabaja a colaborar con sus empleadores a la hora de pagar estas prebendas franquistas? ¿Por qué los sindicatos tienen que vivir de nuestros impuestos y no de las cuotas de los afiliados exclusivamente, como en cualquier país del mundo? ¿Les contaron estas prebendas Méndez y Toxo a la Merkel? Ni de coña.

Son demasiadas preguntas para tanto calor como hace. Empezamos hablando de una carretera deprimida y terminamos hablando de las reformas necesarias. No importa que Rajoy esté sólo cuatro años en el poder. Si es capaz de sacarnos del pozo, benditos cuatro años. Porque el que nos metió en él, el bobalicón de Zapatero, ha hecho mutis por el foro. Sólo se le ve en las fotos, comprando en París o corriendo en Irlanda. Que ni chiquito personaje que, sin embargo, en el país de los ciegos fue capaz de desgobernar España siete años y pico. Y nos metió en este deterioro progresivo.