Apenas pasaban unos minutos de las 14:00 horas y por las emisoras llegó un aviso inquietante. Ocho bomberos voluntarios de Santiago del Teide estaban en serios apuros. Dos motoristas de la Policía Local de Guía de Isora habían detectado que empezaban a estar cercados por el fuego en la base de la montaña de Chasogo, junto a la caseta forestal. En ese instante, parte de la cuadrilla se ocupaba de enfriar unos pinos y la otra trataba de apagar el fuego en otro de los flancos de una especie de calvero. Inmediatamente, un oficial del citado cuerpo local ordenó acudir al rescate de los bomberos voluntarios. Hasta el lugar se dirigieron un inspector y un agente del Cuerpo General de la Policía Canaria; los citados motoristas y el propio oficial de Guía de Isora, así como la jefa de los policías locales de Santiago del Teide. Al frente del dispositivo estaba el alcalde de Guía, Pedro Martín. Tras recorrer dos kilómetros por una tortuosa y estrecha pista de tierra, los dos todoterrenos policiales llegaron al lugar donde estaban los bomberos. Martín y los policías empezaron a gritarles que debían salir de allí, pues empezaban a estar rodeados por el fuego. La alerta era clara y no permitía retrasos de ningún tipo. Aunque los voluntarios trataron de recoger todo el material, como mangueras y un motor, el regidor isorano se esforzó en convencerlos una y otra vez de que era necesario que abandonaran el lugar sin más contratiempos, y así lo hicieron. Desde la llegada, el aviso y la evacuación apenas transcurrieron 60 segundos. Afortunadamente, todo salió bien, después de 20 minutos angustiosos.