TRAS el fracaso precongresual de Paulino Rivero, que no será presidente de Coalición Canaria, se abre una lucha de poder. Rivero cree que podrá proponer a su sucesor y anda muñendo. Los palmeros promocionan para el cargo a Perestelo; los majoreros a Barragán; los canariones a la Julios o a Bañolas; los gomeros no tienen candidato, ni efectivos; los herreños están peleados con el mundo (y con CC); los conejeros no se han pronunciado; los tinerfeños a Ana Oramas. Hay que ver qué fiebre; ¿es que se cobra por eso?

Paulino Rivero parece que apoya a su acólito el Barry (Barragán) o, en su defecto, a Perestelo, que es dúctil y maleable. Y, además, contentaría a los palmeros, tradicionalmente con ganas de poder aunque casi nunca se lo dan.

Paulino Rivero está muy tocado. ¿Hundido? Todavía no. Todavía le queda algo de cuerda al muñeco. No se sabe quién se lo va a cargar antes, si la crítica, si su mujer (que, sin querer, hace todo lo posible) o si su propio partido. El PSOE no, porque se aprovecha de él. Y el PP tampoco porque, en el fondo, no le interesa, dado lo descalabradas que están estas islas. Ahora ya se anuncia lo siguiente: la prevista subida del IGIC, la subida de los combustibles (que iban a poner en práctica el 1 de junio, pero han pospuesto la decisión al 1 de julio), una prevista huelga en la hostelería, un bajón del 6% en el turismo de verano y el aumento o la creación de otros impuestos: transmisiones y sucesiones, grandes superficies, etcétera.

Este es el panorama con el que nos obsequia el Gobierno del señor Rivero para el verano. Hay más sorpresas, no crean ustedes. Todo no se va a quedar aquí.

Y en medio está el congreso de CC, que no sabemos si Rivero va a poder controlar, aunque tiene a varios culichichis en el staff de la organización. Veremos lo que ocurre los días 16 y 17 próximos cuando se suba el telón. También los independentistas tienen ganas de guerra, así que puede que interrumpan el congreso para sacar la bandera y para decirle a Paulino Rivero que no engañe más a su tierra y a su gente. Que algo de eso he oído.

En fin, que nosotros nos limitamos a anunciar lo que puede pasar. Tengan mucho cuidado con la persona que van a designar para dirigir el partido, aunque parece que le van a colocar por encima a un secretario general, que será quien, de facto, lleve la organización. El presidente, pues, será un señor que ha sufrido una patada hacia arriba. O una señora.