LOS EMPRESARIOS de Las Palmas han arremetido contra el Gobierno de Rivero, contra su afán recaudador, contra la medida de subir el IGIC y de crear otros impuestos y denuncian un desastre generalizado, que coloca a las Islas al borde del abismo. Poco más o menos le dicen a Rivero que ha liquidado Canarias, así que el de El Sauzal, tan lleno de orgullo, encuentra una crítica más, e importante, en medio del clamor para que se marche y se rompa así este pacto de locos.

No estamos solos en la crítica a Rivero, ni mucho menos. Cadenas de radio y de televisión han entendido, por fin, que este hombre no puede seguir gobernando Canarias porque es, sencillamente, un inútil. Un político sin norte, que, además, no asimila la crítica, sino que se obsesiona con ella. Rivero no está hecho, ni mucho menos, para gobernar. Quizá sí para alcalde de pueblo, pero no para regir los difíciles destinos de Canarias.

Han salido a la palestra, antes que los tinerfeños, los dirigentes empresariales de Las Palmas. Quizá los de aquí sean más acomodaticios y más cercanos al partido de Rivero. De quienes deberían estar más cerca es de las pymes arruinadas, de los autónomos sin actividad y de tantas familias muertas de hambre, a las que les ha abandonado toda esperanza de seguir adelante.

Solo decretando medidas para favorecer a las empresas pequeñas y medianas y a los autónomos surgirá el empleo. Lo hemos dicho muchas veces. Medio país figura en los registros de morosos: no pueden muchos ciudadanos pedir un crédito ni comprar un coche ni contratar un teléfono ni pagar a plazos un electrodoméstico. Están arruinados y han arruinado la posibilidad de recuperarse.

Canarias, con un 32% de paro general y un paro específico juvenil que debe de estar en el 75%, aunque no quieran soltar los datos, no había conocido una situación de penuria tal desde la postguerra española. No exageramos, sino todo lo contrario. Somos benévolos en el análisis. Y al Gobierno de Rivero, ante la bajada de la recaudación, no se le ocurre otra cosa que subir los impuestos y echarle la culpa al PP. ¿Por qué el aliado de CC no es el PP, sino el cadáver del PSOE?

Nos estamos haciendo, día tras día, la misma pregunta, pero quien tiene que respondernos no lo hace. Este Gobierno de Canarias no hace sino dar palos de ciego. No está a la altura de las soluciones que demanda su pueblo. Por eso, una vez más, tenemos que pedir que se rompa este pacto inútil y que se intente otro, cualquiera que sea, pero sin que este hombre siga presidiendo el Gabinete más desastroso de la historia de la autonomía.