PUEDE que el congreso de junio de Coalición Canaria no sea un paseo militar para Rivero and wife. Se esperan algunas críticas a la gestión de ambos y a la pugna que mantienen con ciertos medios informativos. Tampoco están de acuerdo muchos de sus compañeros con el desenlace, que se espera para estos días, del concurso de emisoras de FM. Ni con el pacto con el PSOE.

El otro día, en la reunión de la ATI/CC de Santa Cruz, se registraron aplausos para los proyectos de ponencias críticas de Hilario Rodríguez. Y en los pasillos se habló mucho de un giro nacionalista y de que la labor de Paulino, su obstinación y la facilidad con que sea crea enemigos no le vienen bien al partido. Y de que él no es el rey de CC, sino uno más. Cualificado, por su cargo, pero uno más.

También se constató que los pelotas, tipo Bermúdez, Damasito Arteaga, Díaz-Estévanez y González Ortiz, se han retraído un poco en la defensa pública de su jefe. Debe de ser que les está dando algo de vergüenza. Parte de la asamblea, siquiera sotto voce, lamentó los enfrentamientos del matrimonio Rivero con periódicos y con periodistas, a causa de sus intereses personales.

Y algunos, más osados, dijeron en los pasillos que estas cosas tienen que ser solucionadas antes del congreso. Pero el matrimonio se ha peleado con todo el mundo. La solución no parece fácil.

El congreso de Coalición, previsto para el 16 y el 17 de junio, tendrá un asunto prioritario: analizar la desbandada de votos, la "pérdida de la calle" como ellos la llaman. Será curioso ver sentados en la misma mesa a Zerolo y a Bermúdez, después de la manifiesta traición de este último hacia su compañero. No se atreve ni siquiera a pedir una calle para su predecesor, por si acaso se la vete el PSOE o la otra izquierda ramplona.

Se analizará cómo va el pacto con el PSOE, que le está comiendo el lecho electoral a CC, mayoritariamente conservador. Le ha quitado más votos a CC su alianza con el PSOE que los que ellos mismos han perdido con su torpeza en la gestión, con su falta de ideario y con su perpetuación en los cargos públicos.

Todas estas cosas, y algunas más, están siendo ya debatidas. De este congreso tienen que salir ideas nacionalistas, porque si no, con Paulino y con Paulina, apaga y vámonos.