El frío y la ausencia de lluvias han aumentado los procesos gripales y catarrales, sin que se tenga noticia de casos graves. Pero casi todo el mundo ha tenido que vérselas con ellos.

Y es ahora cuando hay que recomendar a la población que utilice los centros de salud y que no colapse sin motivo las urgencias de los hospitales. Los dos de referencia, el Clínico y la Residencia La Candelaria, se encuentran a tope y es muy difícil encontrar una cama en ellos.

Los ciudadanos no acaban de acostumbrarse a que las urgencias hospitalarias están indicadas en los casos más graves o cuando los propios centros de salud desvían los enfermos a estos hospitales. Los ciudadanos deben entender que una sanidad pública tan buena como la que disfrutamos en toda España es difícil de mantener sin su colaboración.

Por eso insistimos en que es a los centros de salud, mucho más cómodos y rápidos en la atención a los pacientes, donde deben acudir los ciudadanos que se sientan enfermos. Sólo en los casos de urgencia, repetimos, deben dirigirse a los hospitales. Y, además, la cercanía de los primeros a sus domicilios hace más adecuada y rápida la atención médica y la prescripción de los medicamentos para su curación.

El círculo, sin embargo, no estará completo hasta que no sean inaugurados los hospitales comarcales pendientes, el del Norte y el del Sur. El modelo de gestión, si la sanidad pública canaria no puede asumirlo, podría ser privado. Pero es preciso que se abran cuanto antes porque estos centros sí que acabarían por descongestionar los dos grandes hospitales universitarios, en estas fechas con los pasillos llenos de camas de pacientes en espera de ser trasladados a sus camas en planta.

Y es ahora, en invierno, cuando se echan más de menos esos hospitales, cuando la población se resiente del frío. Y más en estos meses en que la lluvia ha hecho mutis por el foro. También es bueno alertar a los ciudadanos para que no hagan caso omiso a las recomendaciones sanitarias, sobre todo a la vacunación de las personas con mayor riesgo de contraer la gripe. Las campañas no son gratuitas; responden a protocolos y a criterios médicos objetivos y no es bueno echarlas en saco roto.

Sólo con la colaboración ciudadana se conseguirá la mejor sanidad. Se acabaron los tiempos en los que los pacientes recibían a sus familiares en el hospital con cestas de huevos y con alimentos prohibidos para la dolencia de los enfermos. Las cosas han cambiado, pero tienen que cambiar todavía muchísimo más. Empezando por la sociedad canaria en general.