Coincidiendo con el décimo aniversario del inicio del conflicto de Afganistán, que comenzara en 2001 con el derrocamiento del régimen de los talibanes a cargo de la comunidad internacional, por dar protección a Bin Laden y su red terrorista Al Qaeda, responsable de los atentados a las torres gemelas de Nueva York, la Sala de Arte Echevarría (calle Santiago 48, paralela a La Rosa, en Santa Cruz de Tenerife) inauguró ayer la exposición fotográfica "Afganistán, el sueño interrumpido de las mil y una noches", un trabajo de los periodistas Ángel Alonso y Marcos Cortés, tras haber permanecido un periodo de cinco meses en el país centroasiático.

En un recorrido fotográfico de unas 90 imágenes, guiado por un depurado lenguaje periodístico, sin interpretaciones, ni juicios de valor, se trata de mostrar la realidad de unas gentes marcadas por las privaciones y, en muchos casos, por el extremismo islámico, que llevan treinta años sin conocer la paz.

Occidente y la humanidad entera se juegan mucho en Afganistán, un país cargado de historia y de leyenda que fue durante siglos encrucijada y camino de comercio, cultura, religión y tradición, comunicando oriente y occidente con la Ruta de la Seda, la gran arteria de progreso del mundo antiguo, que atravesaba su territorio dejando parte de sus beneficios.

Hoy en día las cosas son muy diferentes.