CON EL ANUNCIO de elecciones para noviembre, quizá para coger fuerzas, ha desaparecido todo el mundo. Este será un agosto más agosto. No queda nadie, las dependencias oficiales se encuentran al mínimo, el erario público está arruinado, los ayuntamientos no pagan sus facturas y los bancos no conceden créditos. Así están las cosas. Y los intereses de los préstamos sin garantía hipotecaria se han disparado. Es el final de la nefanda era Zapatero, el peor presidente de la democracia, el hombre sin factor inhibitorio que no solo no es capaz de reconocer su fracaso y su ridículo sino que se cree un visionario.

Y lo peor es el desánimo que ha transmitido a un país paralizado por la crisis y por el desempleo. En Canarias han aumentado los parados. Y uno se pregunta que dónde está todo el dinero, el canario y el estatal, que se había arbitrado para paliarlo. Y uno se pregunta también que cómo es que aumenta el desempleo cuando el turismo va muy bien, los hoteles están llenos y la temporada de verano se está cubriendo con brillantez. ¿Dónde está el fallo?

El 31% de la población activa de Canarias se encuentra cobrando el paro. ¿Quién resiste esto? Así, de esta forma, los que sí trabajamos no conseguimos créditos, las empresas están boqueando, los bancos cerrados en banda y la sensación de pobreza se ha extendido por los cuatro puntos de la geografía insular.

Este es el panorama de agosto, un mes en el que ha bajado el número de parados en la Península, aunque no para echar cohetes. En Alemania el índice de desempleo no pasa del 6%; y en la Península se encuentra casi en el 21%. En Canarias sobrepasamos el 31%, diez puntos más que el peor país de Europa, que curiosamente es España.

Pero ya no hay nadie en los despachos. Todo el mundo se ha ido de vacaciones. Los funcionarios pasan de todo más que nunca y las dependencias oficiales están vacías. Ni siquiera hay chaquetas colgando para dar a entender el regreso, más o menos próximo, de sus dueños. Nada. Nada de nada. Agosto los ha dispersado, la crisis no les importa y, repetimos, agosto es más agosto que nunca.

Tendremos que preguntarnos de nuevo dónde está el dinero que nos habían enviado para paliar el desempleo. Y tendremos que preguntarnos por esos gestos propagandísticos de Sogarte en la prensa, cuando todo el mundo sabe que es un organismo inoperante y excesivamente burocrático. Y tendremos que preguntarnos por la fantasmada de los ICO. Todo es mentira en este país del nunca jamás. Váyanse todos a hacer puñetas. ¡Mentirosos!