El náufrago ruso Andrei Novoselov, que encalló hace más de una semana en la costa de Arico, mantiene vivo el sueño de culminar su periplo hacia Nueva York. Pero su aliado, el velero "Runaway Serf", está seriamente dañado en el casco por su lado derecho. Andrei, de 39 años, huyó de su Rusia natal porque se sentía acosado por el régimen del expresidente Putin. Ahora vive a pocos metros de su barco, en unas rocas negras junto al acceso a la playa de la Punta de Abona. Asegura que sabe cómo reparar la embarcación, pero recuerda que necesita ayuda técnica, tanto para elevarlo, como para devolverlo al mar. Y hasta ha hecho un gráfico con dibujos para explicar sus intenciones. Pero las ilusiones de Andrei van por un camino y la realidad por otro. El concejal de Costas de Arico, Andrés Martínez, asegura que el Ayuntamiento asumirá el coste y las medidas técnicas para retirar el barco de la playa, porque Andrei se declara insolvente. Y negocia con el organismo de Puertos Menores dónde se podrá trasladar el velero para intentar su reparación.