Delicadeza, picardía, pasión, curiosidad, alegría, trabajo y tiempo... mucho tiempo es lo que transpira la piel de las imágenes que cuelgan del Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife. "Reinas por dentro" es un viaje extraordinario apto únicamente para quienes no tienen prisa por llegar a ningún sitio y se recrean en el camino, en el detalle, en el hallazgo. Son instantes mágicamente detenidos en la retina de su autora y que se enriquecen una y otra vez con la mirada de ese único espectador que sabe rendirse al asombro.

Tacones casi imposibles en unas piernas de vértigo, unas manos que se abren en abanico para que se asome la sonrisa de una joven que se transforma en otra cosa, alambres, ensamblajes, lentejuelas, cinturas que se dejan custodiar la suerte por la estampa de una virgen, color y más color, ilusionistas del maquillaje en plena metamorfosis de una obra viva... El arduo proceso por el cual una joven se transforma en una espectacular reina del Carnaval o la hermosa transmutación que experimentan los sueños a medida que se van maquillando, calzando y vistiendo con el trabajo de creadores, artesanos, artistas, obreros todos de una singular colmena.

"Reinas por dentro" es una bellísima incursión en un espacio íntimo en el que todos trabajan en función de una única meta: servir a las "dueñas" de ese singular enjambre que labora sin intermitencias. Y son esos los reflejos que se visionan en el particular espejo de María Pisaca, que mira desde dentro, desde lo profundo, desde el mismo corazón -ese músculo tan denostado- y extrae hasta el otro lado, al nuestro, lo que invisiblemente transcurre y sin embargo se reinventa, late y encanta.

Y acaso sea precisamente el encantamiento, tal y como yo sospecho, el fundamento de todo arte.