"Todavía estoy impresionada". Así se manifestaba ayer Maru Cabrera, una vecina de San Andrés que la tarde del pasado sábado encontró restos muy extraños, según afirma, "propios de la santería o la magia negra", cuando acudió al cementerio de San Andrés la previa del Día de Todos los Santos, como cada año, para honrar a su padre, Fernando Cabrera González, enterrado allí. Estos restos "los escarbó alguien con un palo el domingo pasado y hoy (por ayer lunes) siguen allí". En concreto, Maru vio dos cabeza de cabra, o mejor dicho, de baifo, así como "una enorme cabeza de ajo, los restos de un recipiente, un envoltorio con algo dentro y un neceser de color azul". Esta vecina explica que "la tumba de mi padre está bastante visible, nada escondida, a la derecha y casi al fondo de un camposanto al que cualquiera puede acceder".

No es la primera vez que ocurre algo así en el cementerio de San Andrés, aunque, según explica Maru Cabrera, "nunca de una manera tan descarada". Incluso, añade, "hace unos dos meses venía ya de noche de caminar por Las Teresitas y vi una furgoneta blanca salir. Dentro había un envoltorio de papel y al lado un velón encendido. Le di una patada a todo eso y grité: Sal de aquí, Satanás, márchate a otro sitio".