La isla de La Palma trata de recuperar poco a poco la normalidad tras sufrir un incendio forestal que, aunque ha encogido el corazón de sus habitantes y el de todos los canarios durante tres días, sólo se ha cebado con una pequeña parte de su amplio y rico territorio forestal.

Los nombres de Fuencaliente y Villa de Mazo, los dos municipios más castigados por el incendio que ha truncado la paz veraniega de esta tranquila isla de origen volcánico, han dado la vuelta al mundo. Pero la Isla Bonita se despierta poco a poco de esta pesadilla y la armonía de sus mares de lava con sus frondosos bosques será la imagen que pronto vuelva a circular por todo el planeta.

Poseedora de un Parque Nacional, La Caldera de Taburiente, la declaración de la totalidad de su territorio como Reserva Mundial de la Biosfera y su amplia red de senderos convierten La Palma en un lugar atractivo para disfrutar de sus extraordinarias bellezas naturales y de la hospitalidad de su pueblo.

Las 2.000 hectáreas de masa forestal dañadas por el incendio en pocos años volverán a teñirse de verde porque los pinos endémicos de Canarias, que son los que mayoritariamente componen los bosques afectados, tienen una recuperación rápida. La Palma es un paraíso verde que el fuego apenas ha alcanzado a dañar.

Como dice la copla que popularizaron Los Viejos, "yo quisiera volver a La Palma", o, cambiando un poco la letra, visitarla por primera vez. No lo duden porque no se arrepentirán.