Los bomberos que, a través de la empresa Falck, prestan su servicio a la Refinería de Santa Cruz, continuarán la huelga que comenzaron el pasado lunes como consecuencia de, entre otros motivos, el despido del compañero Santiago Báez.

Así lo aseguraron ayer, entre otros, el propio Báez, a quien la empresa despidió el pasado 3 de enero "sin aviso previo", y a cinco días de que comenzara la negociación del convenio colectivo. El afectado era uno de los delegados sindicales de la CGT que iban a formar parte de la mesa.

Según relató ayer, la empresa lo despidió tras sufrir un accidente, en 2014, con un camión que no reunía condiciones, pero que él usó "por orden de un superior". Sin embargo, tuvo que ser readmitido dos años después al declararse nulo su despido.

Advierten de que los servicios mínimos fijados por la empresa son insuficientes

No obstante, Falck apeló ese fallo y el TSJC, el pasado diciembre, declaró improcedente el despido, abriendo así la puerta a que Báez pudiese ser despedido, como así ocurrió.

Al hilo de este asunto, tanto Báez como otros compañeros alertaron ayer de que los servicios mínimos que ha fijado la empresa para esta huelga son "insuficientes". A saber, y mientras que el Plan de Emergencias de la Refinería fija unos servicios mínimos con cinco efectivos, "solo han puesto dos por turno, un jefe y un bombero". A veces se suma otro, que no secunda la huelga. "Incluso, Cepsa ha activado a personal suyo para cubrir nuestras vacantes", dijeron.

Desde Cepsa apuntaron que se trata de un conflicto laboral en una empresa subcontratada.