Fernando Ballesteros, concejal del CCN, protagonizó uno de los momentos críticos de la sesión plenaria de ayer en el Ayuntamiento de Santa Cruz. Pese a que habían pasado ya varias horas, la atención se centró en el edil de Anaga quien, en una votación sobre mejoras en las líneas de guagua al Macizo se abstuvo y obligó a decidir al alcalde con su voto de calidad.

Hasta dos veces "negó" Ballesteros a Bermúdez, ente aplausos de la oposición "por su valentía", ya que el reglamento establece que si hay empate (13-13 y la abstención) hay que repetir el proceso. Y volvió a abstenerse.

Tal vez se equivocara en su argumentación el edil Dámaso Arteaga cuando apeló a la escasa rentabilidad de las líneas desde y hacia estos puntos de Anaga. Eso desató las iras de la oposición, aunque la promesa es "revisar y mejorar", igual que otras líneas "para lo que ya están trabajando inspectores municipales".

El pleno previo a las vacaciones tuvo un poco de todo, aunque con el repetitivo soniquete de "el expediente se aprueba con los votos del equipo de gobierno y el rechazo de la oposición" o "la moción se rechaza" con idéntica proporción de fuerzas. Para esas alforjas, mejor evitarse tanta horas, pero ya se sabe: doctores tiene la iglesia.

Solo hubo una excepción: el concejal de Hacienda, Alberto Bernabé, alabado por la oposición hizo unánime el respaldo a la propuesta del popular Garcinuño sobre "la implantación en el ayuntamiento de Santa Cruz de las nuevas tecnologías".

La otra unanimidad se dio en la moción institucional de apoyo al pueblo palestino, con banderas de ese país en el salón de plenos -mucho movimiento ayer- para mostrar la solidaridad con quien sufre de nuevo la guerra.

Antes, Bernabé se "fajó" -apuesta de cena o solomillo al ajillo incluidos- con Alexis Oliva sobre las modificaciones de crédito o los reconocimientos extrajudiciales en un debate más de fondo: la estructura económica.

Aprobación unánime, con matices, para el convenio con Ecoembalajes para el reciclaje, y sin ambages para los desayunos escolares o el servicio de ayuda a domicilio (fue un buen día para Alicia Álvarez). También recibió el apoyo del Pleno el Plan de Igualdad que presentó Florentino Guzmán. Precisamente, el edil de la Sociedad de Desarrollo defendió su labor desde que llegó; ahí encontró la discrepancia del popular Oliva.

La vecina Vanesa Montes dejó "helado" al auditorio al contar su odisea para recibir una vivienda que calificó de "cuchitril", aunque ahora está en obras y reconoció el esfuerzo. Contó su historia e hizo que la cruda realidad social entrara en el salón de plenos.

Posteriormente se desató un duro debate entre la edil de Viviendas, Ángela Mena, y Guillermo Guigou. Sus alusiones a la extrema delicadeza del tema y la necesidad de discreción no cuadraron con las intervenciones, cada uno con su tesis. El alcalde cerró con una alocución acertada porque puso sosiego en un asunto que abre heridas por la situación crítica en lo social. Aunque muchos de los 27 concejales no se quieran enterar.