Científicos del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) y del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER), ambos organismos dependientes del Cabildo de Tenerife, se desplazaron a Cabo Verde el pasado mes de octubre con la finalidad de materializar diversas actividades relacionadas con el proyecto ''Makavol-Fortalecimiento de las capacidades de I? para contribuir a la reducción del riesgo volcánico en la Macaronesia''.

Una de las actividades de esta campaña, desarrollada conjuntamente con la Universidad de Cabo Verde (Uni-CV), el Laboratório de Engenharia Civil de Cabo Verde (LEC) y el Serviço Nacional de Protecçao Civil (SNPC) de Cabo Verde, tenía por objetivo conocer la emisión difusa de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera por el sistema volcánico insular de Brava (67 Km2).

Los trabajos realizados previamente reflejaban una tasa de emisión difusa de 42 y 233 toneladas diarias de dióxido de carbono a la atmósfera por el sistema volcánico insular de Brava en febrero de 2010 y marzo de 2012, respectivamente. A raíz de estos resultados, la pregunta que se quedaba sobre la mesa era saber cuáles de los dos valores obtenidos se podría considerar como el valor normal o de fondo para la emisión difusa de CO2 a la atmósfera por el sistema volcánico insular de Brava y si la evolución temporal registrada reflejaba un posible escenario de tendencia ascendente de estas emanaciones.

Los resultados de la campaña científica de octubre de 2013, casi dos años después de la última realizada en 2012, confirman una evolución temporal ascendente de la emisión difusa de dióxido de carbono por este sistema volcánico durante los últimos cuatro años, aproximadamente, al estimarse una tasa de emisión de 681 toneladas diarias. Estos resultados reflejan un incremento 16 veces superior al registrado en febrero de 2010, y sugieren un mayor aporte de CO2 de origen profundo para estas emanaciones en Brava.

Estos resultados e implicaciones serán objeto de una evaluación adicional mediante el uso y la aplicación de otras técnicas geoquímicas que confirmen esta mayor aportación de dióxido de carbono de origen profundo de estas emanaciones en Brava, así como su monitorización para evaluar su evolución temporal.

El programa geoquímico para la vigilancia volcánica de Cabo Verde establecido por el Observatorio Vulcanológico de Cabo Verde (OVCV) refleja que durante periodos de calma sismo-volcánica este tipo de campañas científicas en Brava se ejecuten aproximadamente cada dos años, mientras que en el caso del cráter del volcán Pico do Fogo se realizan con una periodicidad mensual.

Las diferentes frecuencias para la realización de este tipo de campañas se deben a que la isla de Fogo ha sido escenario de erupciones históricas y que por el contrario no se han registrado en Brava, dónde sí hay evidencias de actividad volcánica durante el Holoceno, la última y actual época geológica del período Cuaternario que comprende los últimos 11.784 años. En el caso de Brava, la frecuencia o periodicidad de estas campañas puede intensificarse si se registrará una mayor actividad sismo-volcánica.

Las razones de materializar este tipo de campañas nacen de la imposibilidad de obtener este tipo de información, de interés para los programas de vigilancia volcánica, a través de redes instrumentales permanentes, de estar convencidos de que los gases son la fuerza motriz de las erupciones volcánicas y de la importancia del seguimiento del dióxido de carbono en los programas para la vigilancia volcánica.

Este interés se debe a que el CO2 es el segundo componente mayoritario de los gases volcánicos, después del vapor de agua, y se caracteriza por su baja solubilidad en fundidos solicitados (magma) haciendo que este gas se escape con facilidad de los sistemas volcánicos en profundidad.