El Centro de Recuperación de Fauna Silvestre "La Tahonilla", dependiente del Cabildo de Tenerife, ha comenzado la campaña de recogida de pollos de pardela cenicienta, que se prolongará hasta mediados de noviembre con el objetivo de recoger a los ejemplares que se hayan accidentado en sus primeros vuelos nocturnos y proceder a liberarlos.

Esta actividad se realiza en colaboración con la Oficina de la Participación y el Voluntariado Ambientales, ambas del área de Medio Ambiente de la Corporación insular, informa una nota del Cabildo.

Cuenta también con la colaboración de más de 50 voluntarios pertenecientes a la Asociación para el Desarrollo Actuaciones de Emergencias, ATINA, Ecoturismo en Canarias, Insitus Canarias, SEO/BirdLife, Emergencias Tamadaya y Cruz Roja además de personal de de SEPRONA, policías locales, Protección Civil y los ayuntamientos de Arona, Puerto de la Cruz, Tacoronte y Guía de Isora.

El Cabildo informa de que se llevan a cabo liberaciones colectivas en los municipios de Arona, Candelaria, Fasnia, Guía de Isora, Puerto de La Cruz y Tacoronte.

La consejera insular de Medio Ambiente, Ana Lupe Mora, indica en la nota que en el año 2012 se recuperaron 853 ejemplares de pardela, pero este año, debido a la coincidencia del periodo de salida de los pollos con noches de luna nueva, posiblemente el número aumentará de forma considerable.

Por el ello, el área de Medio Ambiente del Cabildo ha iniciado, también, la campaña "La Noche en negro por las pardelas",que tendrá lugar el 2 de noviembre entre las 22,00 y las 01,00 horas, y en la que se solicita que durante esas horas se apaguen las luces para disminuir el número de ejemplares accidentados.

La pardela cenicienta es un ave marina conocida por su canto "guaña, guaña" que se escucha en los meses de verano cerca de la costa.

Estos animales presentan graves problemas de conservación afectando principalmente a los pollos y en sus primeros vuelos nocturnos algunas aves se encandilan por las luces brillantes de los edificios que están en la costa.

Esto provoca que los pollos se precipiten contra el suelo y que una vez allí no puedan levantar el vuelo y es entonces cuando intervienen los ciudadanos al comunicar la localización de los ejemplares y los voluntarios junto al personal de la Tahonilla se desplazan y si procede liberan a las aves.