La última eucaristía del padre Jesús Mendoza celebrada ayer fue emotiva y numerosa, cargada de simbolismo y solemnidad religiosa. A las tres de la tarde, comenzó el funeral del prior de la Basílica de Candelaria y párroco de Santa Ana, Jesús Mendoza, que puso los sentimientos a flor de piel durante dos horas y media. En la Basílica no hubo sitio reservado para las autoridades. Más de treinta curas concelebrando, el provincial dominico, el obispo y el vicario de la diócesis... y la Basílica a rebosar. El dominico Daniel hizo una semblanza de su compañero, luego siguió el obispo, la misa y, al terminar, entre aplausos, el pueblo llevó a hombros al padre Jesús por la plaza donde tantas veces acompañó a su María de Candelaria. La pendiente no fue obstáculo y Jesús Mendoza entró a su parroquia, donde el dominico Ángel Luis, de Arafo, que parece heredar la predicación del prior, dijo: "Aquí tienes a tu parroquia, a tu gente", mientras se cantaba el Padrenuestro. Y con certeza, dijo, "Jesús ya está en el regazo de Santa Ana". De la parroquia, al cementerio. Aplausos y... dos vivas gritados por su sobrina: "¡Viva padre Jesús! ¡Viva Padre Bueno!".

El padre Jesús ya descansa.