El velatorio del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, los actos oficiales, las reacciones internacionales de los aliados. Todo eso camina por una senda clara: la conversión de Chávez en un mito ideológico histórico. Una estrategia que será rentabilizada por su vicepresidente y heredero político: Nicolás Maduro.

La capilla ardiente en la Academia Militar de Caracas se ha convertido en lugar de peregrinación de sus seguidores, donde se suceden sin descanso ceremonias religiosas y homenajes populares al carismático líder bolivariano, cinco días después de su fallecimiento.

Maduro, acompañado de su esposa, Cilia Flores, procuradora general de la República, volvió a acudir de madrugada a la capilla ardiente para rendir tributo a Chávez y poner sobre el féretro una gorra del equipo de béisbol favorito del presidente, los Navegantes de Magallanes.

También de madrugada, el teniente Juan Escalona, ayudante personal de Chávez, y varios de los hermanos del presidente se abrazaron y entonaron varios "joropos", las canciones típicas de los llanos venezolanos donde se crió el gobernante y con las que solía aderezar sus intervenciones públicas. "¡Qué viva Chávez!", gritaron al unísono abrazados al concluir su homenaje.

Asimismo, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, uno de los principales aliados regionales de Chávez y quien llegó a Caracas el jueves para asistir al funeral de Estado, volvió a visitar el sábado en compañía de su esposa, Rosario Murillo, el lugar donde reposan los restos del líder bolivariano.

Durante los últimos cinco días, la televisión pública venezolana no ha dejado de transmitir la multitudinaria sucesión de personas ante el féretro de Chávez, con ocasionales desconexiones para entrevistar a personalidades y compañeros políticos del finado.

"Su muerte nos ha dolido mucho, pero tenemos que seguir para adelante. Y apoyar a Maduro más que todo porque ese fue el lineamiento que nos dejó Chávez", dijo Leidi Díaz, caraqueña de 36 años, quien ayer seguía a la espera de ver al los restos del presidente.

A primera hora del domingo se celebró una nueva misa con autoridades durante la cual la ministra de la Juventud, Mari Pili Hernández, interpretó varias canciones.

"Chávez no murió, se multiplicó", "Ahora comienza la leyenda", "Con Chávez y Maduro, el pueblo está seguro". Eso gritan sus seguidores.