Aunque la situación acuífera insular se ha normalizado en los últimos meses, el consejero llama la atención sobre la importancia de la desalinización por el alto nivel de flúor y sodio que contiene el agua procedente de Las Cañadas debido a sus características geológicas volcánicas. Por ello, insiste en la necesidad de que proyectos como la planta desalinizadora acabada desde hace más de 6 años en la zona icodense de El Reventón se ponga en marcha (más de 4 millones de inversión inicial), para lo que prevé nuevas reuniones con el Gobierno central a finales de enero o principios de febrero.

Asimismo, y aparte de duplicar la depuración con proyectos en Valle de Guerra y Adeje-Arona, se apuesta también por una mayor desalación desde 2014 con la ampliación de 30.000 a 40.000 metros cúbicos de la de Adeje-Arona y de 300 a 4.000 de la de Valle de Guerra. También se construye una nueva en Fonsalía (Guía de Isora) para 10.000 metros cúbicosy otra en Granadilla para 14.000, sin olvidar los 21.000 que se desalan en Santa Cruz (que también se prevé ampliar) y los 10.000 de otra que se ubica en Adeje. De todos modos, lo más complejo de esta opción es que tiene un coste energético del 54%.