Álvaro Morales, Tenerife

No por reiterada y extendida en España y el resto de Europa, sobre todo en el Sur, la hemorragia del paro se relativiza o sutura. Lejos de ser una excepción, Canarias y, en concreto, Tenerife, sufren una espiral insoportable desde que irrumpe la crisis con fuerza (2008), aunque los datos ya se tornaron en inquietantes desde 2007. Con la excepción de lo ocurrido entre 2010 y 2011 en las áreas del Sur de Tenerife más turísticas, con Arona y Adeje como principales referentes, años en los que esas comarcas (Abona y el suroeste) experimentan un ascenso en el número de puestos de trabajo, las cifras globales de la Isla desde 2006 dejan casi el triple de parados, pasándose de los 47.794 de noviembre de ese año a los 120.804 registrados en el INEM en el último recuento de ese mismo mes en este ejercicio.

Comarcas como el área metropolitana, por ejemplo, tenían 43.274 parados en noviembre de 2006, mientras que, ahora, la cifra ha alcanzado las 54.224 personas que buscan trabajo. Lo peor es que no se atisba ninguna mejoría y el turismo ni palia ni absorbe la destrucción de empleo.