Un incendio en el monte de Tigaiga provocó anoche una gran tensión entre numerosos vecinos del municipio de Los Realejos. Unas 20 personas, residentes en los caseríos de Madre Juana y La Azadilla, fueron desalojadas como medida preventiva ante el fuego de considerables proporciones en la citada ladera. Poco antes de las 21:00 horas, los servicios de emergencia y seguridad trabajaban con la certeza de que existían dos focos diferentes, uno en las proximidades de la Cruz Santa y otro en el paraje de Las Llanadas.

Anoche, la principal hipótesis que se barajaba sobre el origen de las llamas era la caída de un cable de alta tensión por las fuertes rachas de viento y la posterior emisión de chispas en un enclave de Tigaiga, donde ayer había mucho viento. Tampoco se descarta que las llamas empezaran por unos trabajos en unas torretas, según el alcalde, Manuel Domínguez. En cualquier caso, se trata de un hecho accidental. El suceso ocurrió concretamente en la zona conocida como La Azadilla, en la parte baja de la Corona Forestal. El inicio pudo ocurrir a mediodía, aunque el fuego se reavivó de forma peligrosa a últimas horas de la tarde, debido a las fuertes rachas de viento. El alcalde se mostró indignado, porque, a pesar de que se avisó de que había chispas y problemas con el tendido desde las 14:00 horas, el suministro eléctrico no se interrumpió. Domínguez señaló que pensaba pedir responsabilidades a quien pudo cometer una negligencia.

Puestos en contacto con la compañía Endesa, una portavoz informó de que el tendido que pudo provocar el incendio no pertenece a su empresa, pues esta se ocupa de las líneas de baja y media tensión. El portavoz del gobierno municipal, Adolfo González, aclaró que el tendido afectado pertenece a Red Eléctrica de España. El edil de Seguridad explicó que el cable de alta tensión cayó al suelo y, aunque los bomberos llegaron al lugar, no pudieron verter agua, porque aún tenía la corriente conectada.

Aunque en el espacio afectado por las llamas no hay viviendas, el ayuntamiento aconsejó el desalojo de unos 20 vecinos hasta que el fuego fuera controlado.

Fuentes policiales reconocieron anoche que se trataba de un "incendio gravísimo" y rápidamente se estableció un puesto de mando encargado de coordinar los diferentes recursos, tanto de los encargados de intentar frenar las llamas como el operativo para facilitar el desalojo de vecinos. La mayoría de ellos se reubicaron en casas de familiares y amigos, mientras que los restantes fueron trasladados hasta el pabellón de deportes de La Carrera. Los primeros en llegar fueron tres niños y su madre, procedentes del caserío de Madre Juana.

El incendio afectó, en principio, a unos 3.000 metros cuadrados de superficie y en su extinción trabajaban varias dotaciones contraincendios, como efectivos de las Brigadas Forestales (Brifor) del Cabildo y cuatro camiones de bomberos. La sala del 1-1-2 activó a agentes de la Policía Local, del Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil y del Cuerpo General de la Policía Canaria. En su origen, el incendio estuvo cerca de una gasolinera y la base de la pirotecnia Hermanos Toste, pero el viento desplazó las llamas en sentido contrario a ambas instalaciones.

No obstante, anoche esa circunstancia preocupaba a los ciudadanos. A las 22:00 horas, la fuerza del viento descendió de forma importante.

La esperanza de los vecinos para que las llamas no se expandieran era que lloviera durante la madrugada y no hubiera fuertes rachas de viento.