El único albergue social de Tenerife presenta desde ayer, por lo menos de forma oficial, una renovada imagen y mejores prestaciones, que permitirán, entre otras cosas, aumentar el número de comensales diarios, de 105 a 160. Las autoridades reinauguraron unas instalaciones que, dada la inexistencia de otras similares en la Isla, asumen en estos tiempos de aguda crisis económica una importancia capital que debería hacer reflexionar a las administraciones y a muchos municipios de grandes dimensiones si resulta justo que una única localidad atienda a personas sin techo de toda la Isla, sobre todo del área metropolitana.

A la reapertura de ayer acudieron, entre otros, el subdelegado del Gobierno en la Provincia, Guillermo Díaz Guerra; el alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez; el vicepresidente y consejero del área social del Cabildo tinerfeño, Aurelio Abreu, así como ediles de la oposición, como la portavoz del PP, Cristina Tavío, y el responsable del Instituto Municipal de Atención Social, José Manuel Arocha.

Fue Arocha el que abrió el turno de intervenciones y el que primero resaltó la relevancia de unas obras de mejora que, no obstante, fueron impulsadas por el anterior concejal del área, Ignacio González, quien logró su inclusión en el listado de actuaciones del Plan E y diversas correcciones en línea con los vecinos de la zona. Arocha subrayó precisamente el hecho de que el proyecto fuera posible gracias al citado y criticado plan de Zapatero, al que mencionó expresamente, si bien su alusión no provocó ninguna aspereza y, de hecho, el subdelegado del Gobierno remarcó que los trabajos se hicieran con fondos estatales.

Bermúdez, por su parte, insistió en el esfuerzo local para con las personas con menos recursos y recalcó la relevancia de disponer de unas instalaciones tan modernas en plena crisis.

La reforma y ampliación ha supuesto un desembolso de 1,19 millones de euros y, aunque se había terminado hace tiempo, problemas con las redes eléctricas y el agua retrasaron su reinauguración, prevista inicialmente para febrero.

Nuevo comedor

Los trabajos consistieron en la demolición de los baños, que se habían quedado obsoletos y habían perdido funcionalidad, y la creación de nuevos servicios, consigna, guardarropa y un acceso hacia el nuevo comedor.

El ayuntamiento subraya que todos los materiales utilizados son de primera calidad y que las mesas instaladas en el comedor, que ahora ampliará el número de potenciales usuarios, se hicieron de forma expresa para este equipamiento social. Esta zona para servir las comidas se ha dividido en dos plantas, siguiendo la normativa vigente. Además, se han habilitado aljibes e instalado un generador autónomo de energía ante cualquier eventualidad que pueda afectar al suministro normal.

El albergue ocupa ahora un total de 2.387 metros cuadrados. En la planta más baja de nueva creación, y entre otras dependencias, se sitúan los duchas públicas, el vestíbulo de acceso al comedor, los aseos, consigna y guardarropa, lavandería y almacén, así como el comedor y el cuarto de motores de la cámara frigorífica de la cocina. En esta parte, además, se ha habilitado una zona limpia y otra sucia.

En la planta baja hay una plaza de acceso a las instalaciones y una escalera, aparte de cocina, otra área de comedor, zona sucia y salida de basura. En las dependencias superiores se halla un vestíbulo de conexión con el edificio antiguo.

La reforma y ampliación confirma la apuesta de Santa cruz por esta prestación desde hace años, respaldada por todos los grupos de la oposición. Una línea que contrasta, por ejemplo, con la mantenida hasta ahora por La Laguna, cuyo gobierno rechazó en el mandato anterior una moción del PSOE y del PP, propuesta inicialmente por los conservadores, para abrir un albergue similar. La entonces concejal del área social, Blanca Pérez, argumentó su rechazo asegurando que este tipo de políticas sociales ya han quedado desfasadas y que es más acertado abordar cada caso de personas sin hogar ni medios para comer por separado y tratando de ofrecer alternativas singularizadas, por ejemplo, en pisos u otros hospedajes.

Pérez tildó los albergues de "aparcapobres" y desató una gran polémica. Para Arocha, la apuesta santacrucera es la correcta y espera más apoyo y que otros municipios la copien.