El Winter Music Festival, concierto de música electrónica que se celebró en la lagunera plaza del Cristo el pasado miércoles 7 de diciembre, ha dejado un reguero de comentarios entre los vecinos de la ciudad. Si bien casi nadie duda del éxito de convocatoria de un "mancroconcierto" dirigido a un público joven, los "daños colaterales" del evento han hecho que sean numerosas las voces que han puesto el grito en el cielo.

El alto volumen de sonido, el horario de apertura y cierre del evento o la colocación del escenario junto al asilo de ancianos son las principales quejas de los vecinos. La Policía Local de La Laguna reconoce que no dio abasto durante toda la noche. Fuentes policiales aseguraron que, ante el reclamo del concierto (pensado para que asistieran unas 7.000 personas), las calles de la ciudad se inundaron desde las 16:00 horas de una muchedumbre que, en el punto álgido de la noche, estuvo formada por unas diez mil personas, principalmente jóvenes, muchos de ellos menores de edad.

Esta circunstancia hizo que, prácticamente, todas las calles aledañas a la plaza del Cristo se convirtieran en un "macrobotellón" de dimensiones considerables. La zona de San Roque, las inmediaciones del parque de La Vega, la urbanización El Drago, el aparcamiento de Las Quinteras o hasta la propia avenida de La Trinidad fueron los escenarios improvisados para que grupos de jóvenes practicaran el "botellón".

Sin embargo, curiosamente, la Policía Local solo levantó cuatro actas por esta infracción en la calle Viana, ya que esta vía peatonal era la prioridad del dispositivo de seguridad para que no se molestase a los vecinos. Tanto es así que fuentes policiales aseguraron que había que elegir entre levantar actas por doquier o preservar la seguridad en las distintas zonas de la ciudad.

Se produjeron desperfectos en la calle Heraclio Sánchez o en Deán Palahí, aunque, ante la cantidad de público asistente y el pequeño espacio en el que se concentraron, las fuerzas de seguridad, explican que no ocurrió ningún incidente de gravedad.

El presidente de la asociación de vecinos Casco Histórico, Pablo Reyes, mostró su total disconformidad con lo ocurrido el pasado miércoles y acusó a los gestores públicos de mentir sobre la hora de comienzo del evento y sobre el volumen del sonido, que el dirigente vecinal calificó de "atronador". A juicio de Reyes, "el Ayuntamiento de La Laguna nos ha tomado el pelo".