Los trabajos correspondientes a las obras de restauración de los daños ocasionados por el incendio que se registró durante el verano de 2007 entre Los Realejos y Masca no están completados, a pesar de que los mismos se dieron por finalizados. Se da la circunstancia de que solo se acometieron 27 de los más de 40 diques previstos y de los iniciados algunos se encuentran en estructura. Además, no se ha procedido a limpiar zonas que actualmente presentan acumulación de restos forestales.

El Servicio Técnico Forestal del área de Medio Ambiente del Cabildo de Tenerife emitió un informe el 11 de diciembre de 2009 en el que se aseguraba que 13 de los diques construidos "constituyen más un riesgo que una defensa para las infraestructuras y poblaciones situadas aguas abajo, por lo que deben demolerse a costa de la empresa". Sin embargo, la situación no ha variado esencialmente desde entonces, según constató personal que estuvo adscrito a la obra.

El Cabildo recabó y obtuvo una subvención superior a 9.938.000 euros para acometer obras de hidrología, que incluían la construcción de los diques en las cuencas de los barrancos afectados por dicho incendio y cuyo objetivo era frenar la fuerza del agua ante posibles avenidas.

El hormigón

Sin embargo, y a pesar de que este hecho se hizo público hace año y medio, una inspección ocular reciente (de la que hay constancia fotográfica) ha puesto en evidencia que las medidas planteadas por la Corporación insular no se han aplicado, en gran parte.

Ya durante la realización de los trabajos, en varias ocasiones el Cabildo comunicó a la empresa adjudicataria las dudas que planteaban gran parte de los trabajos hechos con morteros elaborados "in situ", tanto hormigones como morteros de cemento. De hecho, en el informe correspondiente se indica que Medio Ambiente obligó a suspender la ejecución de las hidrotecnias y de los muros en que se intervenían ya que los propios ensayos realizados por la empresa denotaban esta problemática.

"Aún quedan diques sin terminar, los que el Cabildo certifica que se deben demoler siguen en pie y otros no se ejecutaron", incidieron.

El proyecto que se realizó se correspondió con la declaración del espacio como zona de actuación especial para la restauración forestal y medioambiental, así como la emergencia de las obras de rehabilitación hidrológica forestal para la urgente e inmediata subsanación de daños ocasionados por los incendios forestales de 2007, en aplicación del Real Decreto Ley 7/2007 de 3 de agosto.

Cabe recordar que el entonces consejero de Medio Ambiente del Cabildo, Wladimiro Rodríguez Brito, llegó a aclarar que la Corporación insular se había limitado a cumplir sus obligaciones al exigir a la empresa adjudicataria de los trabajos la subsanación de los posibles fallos de las obras, en base al seguimiento que había realizado de todo el proceso desde que comenzaron las actuaciones.

Susceptible de mejorar

El titular de Medio Ambiente del Cabildo también reconoció entonces que era preciso proceder a mejorar las obras y "expresó su confianza en que se alcanzará un compromiso con la empresa, dada su disposición a culminarlas".

Esas manifestaciones de la autoridad insular del momento se produjeron tras realizar un análisis de la situación y después de que la Dirección de Obra asegurara que "ninguna de las obras cumple con las prescripciones técnicas de ejecución, garantiza la resistencia frente a las solicitaciones de proyecto ni cumple con las mínimas condiciones de buena ejecución". En el mismo documento de la Administración insular se especifica que "ningún ensayo que pudiese realizarse sobre las muestras podría hacer variar este juicio".

En cualquier caso, quienes denuncian el estado en que se encuentra esta actuación "hemos podido comprobar que algunos de los diques que el Servicio Técnico Forestal consideró que debían ser demolidos y reconstruidos por la adjudicataria están en perfectas condiciones".

En febrero de 2010 fue comunicada la finalización de los trabajos adjudicados, pero los denunciantes aseguran que se podía constatar que aún restaban por acometer gran parte de las obras previstas y necesarias.

los datos

Lo que no se debe hacer

La restauración del área recreativa La Tahona es "una obra mal planificada, pues cuando hacemos una plataforma de rodadura (pista o carretera), primero se hace la cuneta y, luego, la plataforma de rodadura. Con esto conseguimos un perfecto acabado de la pista hacia la cuneta". Así lo reflejan los denunciantes, quienes explicaron que "aquí se ordenó primero la plataforma de rodadura y, después, la cuneta. Este fue el resultado", dijeron.

En el caso del muro, recordaron que "debe llevar su zapata y conformarse con un hormigón de 200 Klp como mínimo; pues aquí se ordenaron muros en seco y este es el resultado. Los que se ejecutaron con hormigón, a pesar de que Cabildo decía que no daba la resistencia, no son de fiar, pues unas veces dan la resistencia, incluso superándola, y en la mayoría de los casos no, pues los áridos no vienen dosificados". Este colectivo espera que se corrija la situación denunciada.