La Fiscalía de Medio Ambiente ha denunciado al director de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife de un presunto delito contra la ordenación del territorio por las obras de ampliación del muelle de El Bufadero a la altura del barranco del mismo nombre, en el litoral de Santa Cruz de Tenerife. La denuncia fue presentada el pasado 14 de abril en el Juzgado Instrucción número 1 de la capital tinerfeña, según ha informado Alternativa Sí se Puede en una nota.

La denuncia de la Fiscalía es consecuencia de otra remitida por el Comité Local de Alternativa Sí se Puede en Santa Cruz al citado órgano judicial. En ella, el abogado y candidato de esta organización política a la Alcaldía de Santa Cruz de Tenerife, Pedro Fernández Arcila, fundamentó todas las irregularidades supuestamente cometidas durante la fase de redacción proyecto de la obra, en la que --tal y como ha asegurado-- "se ignoraron conscientemente los riesgos relativos a la seguridad de las personas en caso de crecida del barranco de El Bufadero, que desemboca en la zona del muelle".

En concreto, Sí se Puede denunció a la Autoridad Portuaria y al Consejo Insular de Aguas de Tenerife. Este último organismo debió haberse pronunciado sobre la viabilidad técnica del proyecto, fundamentalmente en lo que se refiere a las repercusiones que los elementos previstos para la retención de acarreos y materiales podrían ocasionar en el barrio de María Jiménez en momentos de lluvias intensas. Estos acarreos, al no ser evacuados de forma natural, quedarían depositados en los tramos finales del cauce, a la altura de la zona residencial de María Jiménez, lo que causaría un grave riesgo de inundación en caso de una crecida importante, según Sí se Puede.

Alternativa Sí se Puede ha recordado que esto fue, de hecho, lo que ocurrió el pasado 1 de febrero de 2010, con la obra ya concluida. Aquel día se produjeron fuertes precipitaciones --aunque muy por debajo de las máximas registradas en esta zona-- y el barranco de El Bufadero se desbordó, lo que ocasionó graves pérdidas materiales (coches, mobiliario urbano), inundaciones en garajes y un notable peligro para los residentes.

A pesar de estas circunstancias, que tenían necesariamente que ser conocidas por el Consejo Insular de Aguas, en los documentos del expediente administrativo se comprueba que se ocultaron, "de manera consciente, las repercusiones que tales obras tendrían en el proceso natural de desagüe del barranco", indicó Arcila en la denuncia.

"Tan sólo --añade-- en documentos anexos al proyecto técnico se analizan estas repercusiones pero, sorprendentemente, sólo en lo que puedan afectar a la obra portuaria proyectada, obviando deliberadamente las afecciones que la citada obra ocasionaría aguas arriba y, lo que es más grave, proponiendo soluciones para evitar la afección de los acarreos en la obra portuaria, en perjuicio de la seguridad de la zona residencial cercana".

La cuenca de El Bufadero se caracteriza por una potente acción erosiva y un caudal muy importante, de hasta 237 metros cúbicos por segundo, tal y como se ha demostrado en diversos sucesos meteorológicos adversos, por lo que se considera una zona de alto riesgo. El caudal del río Tajo en meses de lluvia es de 350 metros cúbicos por segundo, lo que da una idea de la importancia de las avenidas en el barranco de El Bufadero.