A pesar de que el denominado "caso Facturas" afecta por igual a los cuatro partidos que conformaban el Ayuntamiento de Santa Cruz entre 2003 y 2007 (CC, PP, PSC y PNC), por la incongruencia en la justificación y las irregularidades de sus gastos, sólo algunos dirigentes populares han entrado al trapo para defender lo indefendible. En realidad, lo que han conseguido es empeorar la situación, pues tanto la presidenta insular, Cristina Tavío, como el secretario regional, Manuel Fernández, no han hecho otra cosa que sembrar más dudas, ya que no han ocultado que con los fondos del erario público que recibía su formación en el consistorio, se financiaba al partido empleando el "subterfugio" de facturas que no se correspondían con la realidad de lo que pretendían justificar. Esta situación les ha merecido la presentación de una denuncia ante la Fiscalía Anticorrupción por parte del colectivo de letrados Justicia y Sociedad, que probablemente ampliará el objeto de su acción incorporando las últimas declaraciones de Tavío, en las que reconocía que, en el mandato anterior a su entrada en el ayuntamiento (1999-2003), las asignaciones del grupo, simplemente, se repartían entre los concejales a modo de "sobresueldo". Este nuevo "lapsus" fue contestado y negado por sus compañeros de partido en aquella época, pero también aprovechado por sus detractores, que lo incorporaron a esa guerra no resuelta por la presidencia insular entre Tavío y Ángel Llanos, cuyo cese a principios de agosto, -segunda destitución del mandato-, no ha hecho más que intensificar el malestar entre sus fieles. Algunos como en el caso de Miguel Pérez-Camacho, diputado regional, ha pedido de una tacada que se devuelva el dinero de esas facturas y que, de camino, Tavío y Fernández presenten su dimisión. Pero es que, a Llanos, sus compañeros de corporación le retiraron la confianza y, tal vez, todas sus esperanzas de concurrir como candidato en 2011. Hasta que no se amplíe la lista, la división del PP insular está abierta coincidiendo con el comienzo de una precampaña donde aspiran a la Alcaldía la propia Tavío, junto a otros nombres, en un ambiente en el que las facturas siguen haciendo mella entre todos.