La humareda generada por la refinería de Santa Cruz de Tenerife a primera hora de la mañana de ayer estuvo motivada por la limpieza de gases que fue necesario realizar en dicha instalación debido al apagón energético. Esta acción es obligatoria cada vez que se registra una situación como la vivida ayer en parte de la Isla.

Aunque la refinería dispone de grupos electrógenos propios para situaciones de desabastecimiento de energía eléctrica, no cuentan con el equipamiento para atender todas las necesidades del complejo industrial, por lo que la puesta en servicio del recinto se produjo paulatinamente.

Tranvía.- A las 9:17 horas fue cuando se retuvo el servicio en la red de Metropolitano de Tenerife procediendo al desalojo de unos 1.400 pasajeros, aproximadamente, del tranvía en ambas líneas. Dicha evacuación se realizó sin ninguna incidencia ya que los vehículos no bloquearon cruces ni quedaron paralizados en los pasos inferiores, según informó la empresa, que, con el objetivo de continuar prestando servicio, puso a disposición de los usuarios cuatro guaguas de Transporte Interurbano de Tenerife (Titsa) que hicieron el recorrido paralelo al trazado del tranvía. El servicio fue repuesto totalmente a las 10:58 horas.

Rescates.- Por otra parte, efectivos del Consorcio de Bomberos intervinieron en una veintena de rescates de personas atrapadas en ascensores desde el momento en que se produjo el apagón eléctrico y hasta las 11:00 horas. El Centro Coordinador de Bomberos, en el 112, indicó que dichas intervenciones tuvieron lugar en los municipios de Santa Cruz y de La Laguna.

Sin semáforos.- Durante más de una hora también permanecieron en desuso los semáforos de ambas ciudades, lo que provocó algunos atascos e, incluso, accidentes de escasa importancia. Con el fin de evitar males mayores, los ayuntamientos procedieron a la reorganización del servicio de la Policía Local para controlar los cruces más complejos y aquellos puntos de la red viaria en los que podría haber una mayor incidencia por el número de vehículos que circulan.

Los establecimientos con servicios al público también se vieron notablemente perjudicados por la falta de energía eléctrica, especialmente los bares. No así los centros de algunas administraciones, que continuaron desarrollando su actividad con normalidad al contar con grupos electrógenos propios.