Mientras en la Isla se debate sobre la construcción de una tercera central eléctrica en Tenerife como fórmula para garantizar el suministro a la población y evitar los apagones totales o "ceros" que se han registrado durante el último año, parece querer olvidarse que la instalación de Unelco-Endesa en Caletillas (Candelaria) tiene fecha de caducidad si se aplica estrictamente lo contemplado en la normativa vigente: en junio del año 2015 debe desaparecer.

La recuperación del espacio que ocupa la central eléctrica de Caletillas para uso de la población candelariera es un objetivo que han plasmado los diversos gobiernos municipales habidos desde la instauración de la democracia en los distintos planeamientos urbanísticos, tanto en las normas subsidiarias que entraron en vigor en 1987 como en el Plan General de Ordenación (PGO) vigente desde el 17 de junio de 2007.

Mientras en el primero de los documentos se estipuló (no se cumplió) la eliminación de la central en 10 años, en el segundo se dejó más claro al indicarse que "se establece un plazo máximo de 8 años para el cese de la producción eléctrica debiéndose redactar un Plan Especial de Medidas Correctoras para aminorar el impacto de la central térmica, según condiciones normativas". Es decir, que mientras llega ese día han de aplicarse medidas para que la actividad de la central no cause daños disminuyendo sus efectos contaminantes.

También aparece claramente estipulado el cese de la actividad productiva en esta instalación eléctrica en la Ley de Directrices de Ordenación General y las Directrices de Ordenación del Turismo de Canarias, aprobada por el Parlamento regional el 14 de abril de 2003. En el artículo 8 de la Directriz 36 se dice que "en el caso de las centrales de producción energética de Jinámar, en Gran Canaria, y Candelaria, en Tenerife, los planes territoriales especiales correspondientes establecerán el plazo en el que dichos centros deberán abandonar su función generadora". O sea, que es el Cabildo de Tenerife la administración que habrá de decir el día en que desaparecerá la central. El problema actual es que ese plan territorial no existe todavía, si bien debe estar en elaboración al haber sido adjudicado en enero de 2009.

Es más, la Junta de Gobierno insular quiso optar por otra vía para evitar el desmantelamiento de la central eléctrica tal y como se conoce actualmente. Para ello, el 21 de enero de 2008 acordó pedirle al Ejecutivo canario que suprima el apartado de la Ley de Directrices que determina el cese de la actividad en dicha instalación. Con ello consideraba que se resolvía el debate sobre el futuro de la central eléctrica de Caletillas.

Y lejos de ello, la polémica se acrecentó hasta el punto de que el Palacio Insular fue la sede de una reunión de las tres administraciones (Gobierno canario, Cabildo y Ayuntamiento de Candelaria) en la que aquel 30 de abril de 2008 decidieron crear una comisión tripartita para el seguimiento del futuro de la central que no ha vuelto a reunirse, según indicaron desde el gobierno municipal.

Una de las claves surgidas de ese encuentro consistía en acelerar la redacción del plan territorial en el que el Cabildo debe señalar la caducidad de la central. Han pasado casi dos años y aún no está terminado el documento, por lo que sigue valiendo el planteamiento del ayuntamiento, si bien el gobierno municipal anunció que no será inflexible con la aplicación de la fecha dadas las necesidades del servicio.

Hasta este momento, ha sido el Ejecutivo central, a través del documento de Planificación de los Sectores de Electricidad y Gas 2007-2016, que elaboró el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, el que ha recomendado el mantenimiento de la central eléctrica de Caletillas argumentando su "carácter estratégico energético" así como su "proximidad a los centros de consumo más importantes".

Con menos motores

Pero el problema se acrecienta un poco más cuando se conoce que este año terminará la vida útil de dos de los seis grupos que actualmente existen en activo en la central eléctrica de Caletillas, donde también se cuenta con otros cuatro equipos para atender las situaciones de emergencia.

Así lo contemplaba Madrid en el referido documento, el mismo en el que proponía trasladar a la instalación de Candelaria las turbinas con que cuenta Unelco-Endesa en Arona y Guía de Isora. Es más, el Gobierno central consideraba que tal medida debía aplicarse en 2008. Sin embargo, no es contemplada por la empresa, según las fuentes consultadas, ni parece que lo permita la propia Ley de Directrices, opinan desde el ayuntamiento.

En medio de toda esta polémica, el gobierno local deja claro que no quiere que la central eléctrica desaparezca de su municipio. Por ello, ha planteado la conveniencia de que sea trasladada a la parte de Candelaria que ocupa el Polígono Industrial Valle de Güímar o, en su defecto, a la nueva zona industrial que se creará en la parte situada por encima de la autopista a la altura de Lomo del Caballo.

Mientras tanto, ayer continuaban dos operarios trabajando en la reparación que del techo de uno de los edificios que conforman la central eléctrica de Caletillas se realiza desde el pasado día 18 de febrero. El viento que azotó la zona durante la víspera afectó a dicho inmueble y posibilitó la filtración de agua de lluvia que ha sido valorada como una de las causas del penúltimo de los "ceros" eléctricos registrados y que mayor impacto tuvo entre los usuarios.

Que la central eléctrica de Caletillas es necesaria para garantizar en la medida de lo posible el suministro energético a la Isla es una cuestión que han defendido tanto la propia empresa Unelco-Endesa como las autoridades insulares.

Sin embargo, en los más de 40 años de existencia de esta instalación han proliferado las quejas de los habitantes de Caletillas y de Igueste por las consecuencias contaminantes que ha tenido la central. Un aspecto que ha sido mejorado paulatinamente con la mejora y modernización de su equipamiento así como con la introducción de medidas correctoras que, en cualquier caso, siguen siendo valoradas como insuficientes por los afectados.