Ralph Roland Buder es el padre de una familia que en abril del año 2000 vivió una situación de peligro en la playa de Los Gigantes. Junto a su ex mujer, su suegra y su hijo, se encontraba tomando una copa en el bar de la playa y de repente, tal y como relató ayer a este periódico, "sentí que algo se movía".

Roland Buder, de 47 años de edad, explicó que directamente y una vez sintieron el desprendimiento, cogió rápidamente al niño, su hijo en aquella época tenía 5 meses, "y escapamos del lugar", dijo.

Fue entonces cuando cayó una roca de unos 50 centímetros aproximadamente. "Yo vi algo moviéndose. No es la primera vez que ocurre, es peligroso", añadió.

Este ciudadano alemán, afincado en el sur de Tenerife, relató que la Policía acudió entonces al lugar de los hechos, y que procedió a su limpieza.

Ralph Roland Buder ha querido advertir, de esta manera, la peligrosidad de la zona, sobre todo después de la tragedia ocurrida el pasado domingo, en la que fallecieron dos personas.