LOS PACTOS políticos, como la meteorología, son siempre inexactos, porque nunca se sabe con certeza por dónde va a llegar la borrasca y si ésta va a acertar en los diminutos puntos negros del mapa del Atlántico. Pero menos aún es lo que abarca el buque insignia de CC en Santa Cruz y, si me apuran, en todo el archipiélago, plagado de taifas y desuniones permanentes; especialmente los provenientes de la vecina cocapital, para gozo y alivio de la Metrópoli y su enviado especial, Terminator.

Ajeno como soy a cualquier afiliación, puedo hablar con entera libertad lo que me viene a la mente respecto a la conducta pública de muchos representantes políticos que en su día se ampararon en cualquier plancha electoral para disimular su falta de capacidad gestora y administrativa. Navegando siempre a remolque del cabeza de lista, que no siempre suele ser tampoco el más listo de la clase, pero sí el mejor valorado por su talante populista (véase Zapatero) aunque poco eficaz. Pero de la misma forma que enuncio esto, también reconozco que hay otros que sí son válidos porque reúnen ambas características, que son a fin de cuentas los que más prevalecen en el poder. Porque se puede engañar a un pueblo con falsos cantos de sirena, pero no creo que esa misma falacia consiga hacerse vitalicia. No al menos mientras se viva en democracia y se puedan enmendar tales equívocos en las urnas.

Desde hace una temporada, tal vez para distraernos de otros asuntos más graves, nuestro alcalde santacrucero viene intentando, supuestamente, un gobierno de concentración. Un acuerdo que yo denomino de gobernación, porque lo que realmente se dilucida es obtener una alternativa a la mayoría absoluta existente con su socio actual, que no es otro que el PP de Llanos y sus partidarios. Pero, como todo lo que supone una confrontación permanente genera siempre un profundo malestar que afecta a la convivencia entre partidos, resulta lógico que el primer edil se quiera desembarazar del, como mínimo descapitalizar al, "alter ego" para así gobernar con menos sobresaltos.

Con Ignacio González por el CCN no ha habido problema, porque nadie desconoce el vínculo de intereses que en su momento generó para el Consistorio la recuperación de parte de unos terrenos en primera línea de playa para crear un complejo que ahora permanece paralizado por sentencia judicial, cuya investigación continúa en el Tribunal Superior de Justicia de Canarias. Por ello es lógico que no le disguste aceptar el mando de la Sociedad de Desarrollo y el área de Economía (sin Hacienda, que permanece por ahora en manos de Ángel Llanos), porque éstas suponen un bienmesabe presupuestado.

Pero en el otro caso, el de Guigou y Guimerá, ha habido sus más y sus menos debido al sorpresivo cese por parte del propio alcalde de Odalys Padrón, adscrita a la secretaría de Ciudadanos en el Consistorio. Instalación y emolumentos pagados con fondos públicos del propio ayuntamiento. Sin embargo, pocas horas después, y ante el malestar de los posibles socios de la previsible nueva alternativa de gobierno, el propio Zerolo revocó la orden de despido a la afectada, readmitiéndola de nuevo pese a la negativa (por ahora) de Ciudadanos de conformar el presunto gobierno de concentración.

Me consta, porque las noticias se suceden con rapidez escalofriante, que en el seno de Ciudadanos existe un malestar profundo, debido al enfrentamiento personal entre la propia Odalys y Guigou, incluso con amenazas verbales de por medio y en presencia de testigos. Consultados éstos, parece ser que el parecer de muchos es que el carácter agresivo del propio Guigou no favorece nada la armonía interna, a pesar de que la propia Odalys se ha extralimitado en sus opiniones en otro medio escrito procanarión, y como consecuencia está obligada, por la pervivencia de su partido, a presentar también excusas al alcalde. Todo sea para que éste consiga la añorada alternativa de mayoría, dado que la convivencia con el primer teniente de alcalde del PP, Ángel Llanos, no está resultando todo lo armoniosa que se predica en las declaraciones.

Como consecuencia, las espadas siguen en alto, pues tampoco satisface de pleno la delegación ofrecida a Guigou para presidir una comisión de seguimiento de las actividades de asuntos sociales, que sigue en manos de Ángela Mena, y la cesión a Ángel Isidro Guimerá del Patronato de Viviendas Municipales; este último infradotado de presupuesto. Sólo válido, como mucho, para abordar el pago del personal y construir unas pocas viviendas similares a las propuestas por la torpe ministra del ramo del actual Gobierno de Zapatero, la ya tristemente célebre Maleni Álvarez.

Finalmente, confirmamos el gran interés que tiene Miguel Zerolo de llegar a ese soñado acuerdo, que sumaría 14 concejalías contra las 13 del PP y PSOE, porque, repetimos, supondría la solución relativa a la desenfrenada autopromoción de Llanos para la candidatura a la alcaldía, y también un cierto ahorro presupuestario al pasar los actuales socios a la oposición. Pero una leal oposición, habida cuenta del pacto existente a nivel regional, que tendrá lógicamente que diluirse cuando concurran a los próximos comicios.

En fin, que en política las huidas hacia delante suelen ser válidas, pero los experimentos deberían hacerse con gaseosa, por si acaso.