Un bollo de origen francés se ha hecho famoso en España gracias a una cadena de panaderías catalana. La clave está en su precio: tres unidades por 1,5 euros. Un reclamo que ha conseguido activar el consumo. Venden más de 40.000 cruasanes cada día y facturan 25 millones de euros al año.
Esta cadena tiene la fórmula del éxito y está imponiendo un nuevo modelo productivo: abaratan costes y desafían a los pasteleros tradicionales. Los mismos que ya vivieron la guerra del pan, ahora ven multiplicada la amenaza