Como cada año, más de un millón de personas visitan Pamplona por San Fermín. Los vecinos de Haro no necesitan tantos turistas, les basta con cuatro mil para montar una batalla de vino, para ellos la mejor fiesta del mundo. A mayor o menos escala, ambas fiestas representan el exceso.
Para relajarse, una
visita a las lagunas de Ruidera, playas de interior y cascadas más nutridas que nunca tras este año de lluvias. Son formas de pasar el verano, pero la más económica sin duda es prolongar el Camino de Santiago.