Hemos viajado a Islandia cinco años después del colapso financiero para retratar las luces y las sombras del renacer islandés. Hoy, su economía crece aun ritmo tres veces superior a la media europea y el desempleo es inferior al 5% pero el "milagro islandés" ha pagado un precio muy alto: los islandeses viven peor que antes, su moneda es más débil y su futuro pasa más que nunca por Bruselas, por una Europa a la que Islandia mira con recelo.