En 1875, un rudo y vengativo ranchero de Wyoming (James Cagney), que se dedica a la cría de caballos, contrata a un joven que lo ha salvado de morir a manos de unos ladrones de caballos. Pronto surgen desavenecias entre ambos: mientras el ranchero acostumbra a tomarse la justicia por su mano, el joven es partidario de que los cuatreros sean juzgados en los tribunales.