Las singularidades del casco de San Miguel ya están garantizadas para los años venideros al declararse Bien de Interés Cultural (BIC), con categoría de Conjunto Histórico, un amplio ámbito del mismo.

De hecho, la protección comienza en la iglesia matriz de San Miguel Arcángel y discurre por una de las calles más emblemáticas, como es la de la Iglesia (antigua General Franco) y vías trasversales a la misma, hasta llegar a la zona conocida como El Calvario y la Casa-Museo El Capitán.

Todo este espacio alberga edificaciones típicas del siglo XVIII, aunque también se conservan algunas del XVII en el BIC aprobado y en vigor desde hace unos pocos meses.

"La zona, por tanto, contiene valores patrimoniales muy importantes y con la declaración como Conjunto Histórico se garantiza la tipología de las viviendas y su pervivencia en el tiempo", manifiesta el alcalde de San Miguel de Abona, Valentín González.

Explica que, a parte de las viviendas particulares, "nos encontramos con elementos singulares, como la máquina, donde se ubicaba el motor eléctrico que antiguamente daba luz al casco, así como la casa parroquial y el propio templo matriz", entre otros espacios.

"Además, el grado de conservación es bastante alto y los vecinos que residen esta zona se han implicado para que las viviendas continúen reflejando la singularidad de antaño", comenta el mandatario.

Otra particularidad del BIC "radica en su amplitud, el mayor de su categoría en el conjunto de la comarca", asegura Valentín González, quien destaca que la superficie de protección aprobada "ronda los 95.000 metros cuadrados".

La singularidad del casco histórico ha tenido un efecto dinamizador porque cada vez se solicitan más visitas guiadas, tanto de residente de otras zonas de la Isla como de turistas que muestran interés por conocer el "rico" patrimonio del casco, concluye el presidente de la Corporación local.

Vea en su móvil fotos de distintas zonas del BIC del casco histórico de San Miguel de Abona.

La iglesia matriz de San Miguel de Abona se configura como uno de los elementos más emblemáticos y singulares del casco histórico, desde donde parte el ámbito de protección del BIC.

Dicho inmueble es el otro extremo del BIC, edificio público de referencia en la comarca, según el alcalde, Valentín González.

Uno de los edificios que se protege con la declaración de Bien de Interés Cultura (BIC) es el que es hoy biblioteca municipal, pero en el momento de la segregación de Vilaflor este inmueble del casco histórico albergó la primera sede del ayuntamiento y donde se tomaron las primeras decisiones de este pueblo del sur de Tenerife.

Mucho más para proteger

La declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) del casco urbano solo ha sido el inicio de un proyecto mucho más ambicioso y que persigue nuevos ámbitos a proteger, que también son singulares en este municipio sureño. Así, el gobierno local ha incoado el expediente para que el Caserío de la Hoya, zona en la que nació lo que es hoy San Miguel de Abona, se declare Sitio Etnográfico. "En este lugar se localiza un horno de teja, la conocida fuente Tamaide, eras y el propio caserío", manifiesta el alcalde sanmiguelero, Valentín González.

Otro ámbito que desde el ayuntamiento se ha solicitado que sea BIC es el Camino de las Lajas o de los Muertos, sendero de aproximadamente 11 kilómetros que enlaza el núcleo de Aldea Blanca con el casco urbano. El mandatario expresa que "en el recorrido encontramos yacimientos aborígenes, concretamente cazoletas guanches", resaltando González que para este ámbito "hemos solicitado Categoría Arqueológica".