La falta de espacios en el Instituto de Educación Secundaria (IES) de Arico no ha hecho más que empeorar las condiciones en las que se imparte la actividad docente, ya que la paralización de las obras de cuatro nuevas aulas que debían entrar en funcionamiento este curso ha obligado al centro a reubicar a algún grupo de alumnos.

En concreto, un curso de 4º de Secundaria, con una docena de alumnos, se ha tenido que adaptar para seguir sus clases en la que era la cocina de la vivienda particular del conserje del centro.

Según comentan desde el APA del instituto, el origen de estas estrecheces se remonta a dos años atrás, cuando se incorporó Bachillerato, momento a partir del cual se han tenido que ir adaptando todas las dependencias a distintos cursos. Vicente López, miembro del colectivo que representa a los padres de alumnos, indicó ayer que "ahora se complica todo porque las obras de las nuevas aulas se han paralizado y, por lo que nos comentan desde Educación, la solución a este problema va para largo".

Antes de que se adoptara la decisión de utilizar la cocina para ubicar una clase, los problemas de espacio en este centro, que es de dimensiones reducidas, se venían resolviendo con la ocupación de otras dependencias, incluso los sótanos. Por ello, desde el APA se aseguraba ayer estar ya cansados de "tanta burocracia, pues desde la Consejería se llenan la boca hablando de la calidad de la educación, cuando se dan situaciones tan tercermundistas como la que sufrimos en este centro de Arico".

Por ello, el colectivo de padres ya ha solicitado un encuentro en el que estén presentes los representantes de la administración educativa, de la corporación municipal y del propio centro, "con el fin de buscar una solución que no permita que este grupo de alumnos estén recibiendo sus clases en un lugar tan inadecuado".

Hasta el comienzo de este curso, era el grupo de Bachillerato el que tenía que someterse a una especie de peregrinación por las dependencias del centro para poder desarrollar el curso, pero al experimentar este año un incremento en el número de matrículas en esta etapa, los sacrificados han sido los escolares de Secundaria, que han visto cómo se ha tenido que acondicionar un espacio que aún mantiene parte del mobiliario y equipamiento de la antigua cocina, en el que se han acomodado la pizarra o sus pupitres.

Desde la dirección del centro se señaló que esta situación no es nueva, porque la falta de espacio se remonta a cursos anteriores, e indican que las obras de las nuevas cuatro aulas debieron terminar a finales del pasado mes de agosto, "pero por la circunstancias que sea se paralizaron".

Reconocen los responsables del centro están "saturados, algo que también ocurría el pasado curso, pero en el presente ya es imposible, ya que desde 2010 se estaban impartiendo clases en aulas que eran menos adecuadas incluso que la actual".

Por ello, han decidido solicitar un encuentro con los responsables de Educación, así como reclamar la presencia en del nuevo director general de Centros, "para que conozca esta realidad de primera mano".

Por su parte, los padres señalan que ahora están a la espera de la respuesta de los responsables de las administraciones, sin descartar que "si el problema se demora, lleveremos a cabo todo tipo de movilizaciones para reclamar la calidad de la educación a la que tienen derecho nuestro hijos".