La carretera que enlaza los núcleos de El Escobonal y El Tablado, en las medianías y la costa de la comarca de Agache, en Güímar, está sufriendo a lo largo de sus márgenes los ataques más desconsiderados por parte de personas que no tienen ningún tipo de interés ni respeto por los entornos naturales.

A lo largo de los aproximadamente cinco kilómetros de esta vía, desde el enlace de la TF-1 hasta el pueblo de El Escobonal, se pueden localizar varios vertederos incontrolados, donde se pueden localizar todo tipo de desechos que, en algunos casos, representan un impacto visual, pero, en otros, pueden tener consecuencias ambientales más graves.

Así, en uno de estos márgenes, según denuncian desde la asociación de vecinos El Tablado, se ha depositado cerca de una tonelada de sal coloreada, que según sus dirigentes "previsiblemente se ha empleado en la confección de alfombras en el pasado Corpus".

Los vecinos llaman la atención de manera muy especial sobre el depósito de este tipo de desechos, por las repercusiones que puede tener en la vegetación de la zona, "ya que la sal afecta seriamente al suelo", dijo Juan Gregorio Bethencourt, presidente de la asociación.

Como en todo acto que tiene el sello de quien carece del más mínimo atisbo de conciencia hacia el entorno natural, en el mismo espacio donde está la sal esparcida se pueden localizar multitud de desechos, que abarcan desde cristales rotos, televisores y ordenadores, hasta viejos muebles.

En otro tramo de la carretera, y muy cerca de la zona de paso, entre tabaibas y otras especies autóctonas, se amontonan casi una treintena de defensas y otras piezas de vehículos, imprimiendo más carácter a la denominación que los vecinos han dado a esta carretera: "La ruta de la basura".

En este otro vertedero incontrolado se puede observar el primitivo modus operandi de estos desalmados, que consiste, simple y llanamente, en el procedimiento de volcar sin remordimientos la carga de un camión y dejar tras de sí un rastro que lleva meses a ojos de todo aquél que pasa la zona, "incluidos algunos concejales del Ayuntamiento de Güímar y, mientras sigue ahí este daño incrementándose día a día".

Desde la asociación de vecinos de El Tablado señalan su malestar porque por parte de las autoridades se actúa "sobre cualquier vecino y prácticamente se le condena cuando pretende hacer algo en su terreno pero, por contra, se permiten atentados ecológicos de este calibre, como el caso de la sal, donde no volverá a salir más vegetación".

Con respecto a este último vertido, los responsables del colectivo apuntan que "alguna administración debe ser consciente del mismo, puesto que se trata de un elemento empleado en una tradición como el Corpus, no precisamente en Güímar, porque aquí viene todo el mundo a tirar su basura". Además, ponen de relieve que "es incomprensible que un taller de chapa y pintura vierta todos sus desechos y nadie tome medidas en el asunto, al igual que los escombros que se esparcen por toda la zona, porque parece que Agache se ha tomado como el vertedero nacional".

Por los efectos que está ocasionando esta basura, "y por las reiteradas persecuciones que sufren los ciudadanos a nivel individual, exigimos a las administraciones que actúen en consecuencia cuando se producen barbaries de este calado. Por ello, el ayuntamiento debería tomar cartas en el asunto y averiguar quiénes son los responsables para sancionarlos de manera ejemplar", ya que consideran que permitir estas actividades "también repercute en la imagen que se puedan llevar de Agache quienes pasan por la zona".