"Los vecinos nos sentimos discriminados con respecto a otras zonas del municipio de Arona debido a la nula presencia de servicios sanitarios en el barrio", manifiestan residentes del Palm-Mar.

Esta zona "cada año va adquiriendo más importancia y las familias buscan este entorno para vivir dada las condiciones que tiene el mismo, pero carece de prácticamente todo y hay servicios esenciales que no se pueden seguir demorando por mayor tiempo", expresan los vecinos denunciantes.

De este modo, comentan que "cuando nos ponemos enfermos o precisamos de cualquier tipo de atención sanitaria nos tenemos que desplazar fuera del barrio, como mínimo a siete kilómetros. De hecho, las cartillas médicas las tenemos asignadas a El Fraile y Las Galleta, e incluso algunos a Los Cristianos".

"Dicha circunstancia supone una enorme complejidad y un verdadero trastorno para los residentes en el Palm-Mar, que el nuevo gobierno municipal debe resolver en un plazo de tiempo corto realizando la negociaciones oportunas con la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias", manifiestan los denunciantes.

En la urbanización "hay numerosos locales que están vacíos, por lo que no debe ser excusa para proceder a una inmediata apertura de un consultorio", expresan residentes, quienes resaltan que el centro médico "podría abrir, en un principio, unas cuantas horas durante la semana y en base a la demanda se fuera ampliando el horario".

Al respecto, consideran que "de tener nada, como ocurre en la actualidad, a contar con unas horas de atención sanitaria supondría un gran avance".

Reparto de gastos

La actuación en materia sanitaria para "es perfectamente asumible económicamente por ambas administraciones si se ponen de acuerdo, firmándose un convenio de colaboración entre el Ayuntamiento de Arona y el Gobierno canario para repartir gastos", dicen.

Otro asunto que preocupa a los vecinos del Palm-Mar es "la oscuridad" que tiene el paseo marítimo "debido a que las luces instaladas a lo largo de su recorrido no se encienden en ningún momento".

Los denunciantes manifiestan que esta zona "ha quedado muy bonita y en las noches de verano es un espacio agradable y atractivo para pasear y coger algo de fresco. El problema radica que la completa ausencia de luz en el entorno ya ha provocado caídas por tropiezos. Además, de que la zona se puede volver insegura si este inconveniente no se arregla rápidamente".