Un informe pericial encargado por una aseguradora vendría a demostrar la acusación de la Fiscalía por la que el empresario Carlos Calderón habría cometido una supuesta estafa al intentar cobrar por un incendio intencionado en el pub que dirigía en La Laguna. La perito que participó ayer en la primera jornada de este juicio consideró que el incidente, que ocurrió el 13 de abril de 2010, no pudo ser la causa del grave deterioro del local. Los daños los atribuyó la perito a otro fuego que ocurrió el 13 de diciembre de 2009.

Calderón es uno de los implicados en la trama del caso Corredor al denunciar que era objeto de una supuesta persecución por parte del principal imputado en esta causa, el empresario y abogado Evaristo González.

Calderón dijo que el primer incendio fue provocado por terceras personas con la intención de presionarle para que dejara este negocio y en su día dijo que el Ayuntamiento supuestamente daba un trato de favor a González.

La técnico reflejó en su informe la sospecha de que el segundo fuego fue provocado porque no existía prueba alguna de que su origen estuviera en un fallo en el sistema eléctrico. Cuando tuvo conocimiento de que previamente se produjo otro incendio comenzó a atar cabos. Por ejemplo, le llamó la atención de que mientras que el primer suceso implicó que los bomberos actuaran durante casi dos horas y media, apenas les llevó tres cuartos de hora sofocar el segundo.

Pero además este último tuvo lugar fuera del local en un garaje situado enfrente y afectó a unos pocos papeles. "Por ello reflejé en mi informe que el estado del local que estaba prácticamente calcinado se correspondía más a lo ocurrido en 2009 que a lo de 2010". Como consecuencia concluyó que el empresario no tenía derecho a ser indemnizado.

Poco después del primer incidente, Calderón suscribió una póliza de seguros con una garantía de 200.000 euros por el continente y 150.000 por el contenido pese a que la discoteca había paralizado su actividad.

La Fiscalía también lo acusa de haber ocultado a la aseguradora el incendio anterior y de haber firmado la póliza con la intención de obtener beneficio.

El incendio de abril tuvo lugar en un garaje situado enfrente del local de ocio, que solo resultó afectado por la entrada de humo, "si bien el acusado comunicó a la compañía aseguradora que le habían robado y que el estado en el que se encontraba la discoteca era consecuencia de este incendio".

El seguro se negó a pagar

Tras presentar la denuncia ante la Policía, Calderón solicitó a la aseguradora que le pagara casi 156.000 euros, aunque esta se negó a abonar cantidad alguna basándose en el informe pericial que se expuso ayer. Finalmente, la Gerencia de Urbanismo declaró la caducidad de la licencia debido a que la discoteca no tuvo actividad durante todo 2010. La Fiscalía solicita un año de cárcel y el pago de la responsabilidad civil que se estipule. Ayer declararon varios bomberos, que se limitaron a reconocer lo que venía recogido en los partes de servicio. Los portavoces de la aseguradora dijeron que no siempre se comprueba el estado del inmueble antes de suscribir la póliza y que en este caso no se hizo. En el lado contrario, el suministrador de una bebida garantizó que la discoteca fue reformada y estaba en funcionamiento después del primer incendio