El hallazgo casual de unos huesos en un barranco de Gran Canaria podría llevar a aclarar la suerte de una pareja de ancianos desaparecidos hace cinco años en la isla, al descubrirse objetos personales y documentos que apuntan a que son sus restos.

Una prótesis de cadera y otra dental, documentos de identidad y varios efectos personales más son los indicios que han llevado a presumir que esos restos óseos, encontrados el domingo por el perro de un cazador que deambulaba por el barranco de Las Vacas de Agüimes, corresponden al matrimonio desaparecido, formado por Antonio Quesada y Ana María Artiles.

Esa tesis, que avanzaron varios periódicos locales en su edición de ayer, ha sido admitida por fuentes cercanas al caso, pese a que no ha sido confirmada oficialmente ni desde la Guardia Civil, encargada en principio de la investigación del hallazgo, ni desde la Policía Nacional, responsable de las pesquisas sobre el paradero de los ancianos.

Estos residían en un domicilio del barrio de Guanarteme, en Las Palmas, razón por la que compete a la Policía Nacional averiguar lo que motivó su desaparición, denunciada en marzo de 2012, en tanto que de la investigación de la procedencia de sus supuestos cadáveres se ha hecho cargo la Guardia Civil al encontrarse en una zona rural.

Fuentes del instituto armado han aclarado que sus agentes acabarían por inhibirse y dejar el asunto en manos de la Policía Nacional si finalmente se corroborara que los restos hallados son los del matrimonio.

Una incógnita esta que se espera que acabe por despejar el Instituto de Medicina Forense de Las Palmas de Gran Canaria, a cuya disposición han sido puestos los huesos y los objetos recuperados en el referido barranco ayer, tras dos jornadas de pesquisas y excavaciones desarrolladas por la Guardia Civil.

El análisis científico de los restos humanos rescatados será lo que determine finalmente si son o no de la pareja desaparecida, explicaron las fuentes.

Buscando pistas

Desde la Jefatura Superior de Policía de Canarias tampoco se ha aclarado si sus agentes trabajan ya o no en el estudio de las posibles conexiones entre el hallazgo y la desaparición de los ancianos, así como en el acopio de eventuales pistas que contribuyeran a dilucidar qué es lo que sucedió con ellos tras la última vez que se les vio, más de cinco años atrás. No obstante, los periódicos insisten en que el caso de los desaparecidos se ha vuelto a reactivar a raíz del descubrimiento de los referidos restos, respecto al cual hay en marcha unas pesquisas de las que apenas se ha facilitado información oficial.