La Policía Nacional detuvo a tres hombres, de 44, 21 y 19 años, como presuntos autores de un intento de homicidio, puesto que propinaron una brutal paliza a un italiano, que estuvo a punto de perder la vida, en un edificio abandonado del Puerto de la Cruz. Los hechos ocurrieron el 12 de marzo, aunque trascendieron ayer.

El móvil del ataque fue, sencillamente, que la víctima había discutido poco antes con la pareja de uno de los implicados.

Los hechos ocurrieron en un inmueble de la calle Familia Bethencourt y Molina y, gracias a la colaboración ciudadana, los agentes pudieron realizar una rápida intervención, gracias a la cual pudieron salvar la vida al afectado y arrestar a los tres individuos poco después. De no ser así, no se descarta que el varón transalpino hubiese muerto en dicho enclave.

Uno de los acusados por este delito, el de 44 años, tiene 40 antecedentes policiales por diversos delitos. Al joven de 21 años le constan algunos delitos y el de 19, carecía de antecedentes.

Un testigo alertó a la Policía Nacional de que había visto salir del citado inmueble a varias personas con las manos ensangrentadas y jactándose de haberle propinado una paliza a un individuo.

Los agentes pidieron el apoyo de Bomberos de Tenerife para acceder al edificio y rescatar al agredido, debido al estado de abandono del inmueble.

Según una de las fuentes consultadas, los implicados utilizaron un cuchillo de grandes dimensiones, así como un bloque o una botella para causar graves lesiones al varón italiano, de 49 años.

Según pudo escuchar un testigo de los hechos, tras la paliza, al salir del lugar de los hechos, uno de los presuntos autores manifestó: "Ya le escaché la cabeza con un bloque".

Y otro de los ciudadanos vio entrar en el citado edificio a uno de los acusados con un cuchillo en la mano.

Entre otras cosas, el afectado sufrió un traumatismo en la cara a la altura de un ojo y su órbita, una contusión craneal, un traumatismo en una mano, así como un corte en un dedo de la mano derecha.

La víctima fue trasladada al Hospital Universitario de Canarias.

Tras ser identificados y apresados, los tres acusados se mostraron arrepentidos por su acción.