Un vecino de Guía de Isora quedó absuelto de un delito contra la salud pública por el que la Fiscalía pedía cuatro años y medio de prisión. En el coche de la madre de dicho hombre, la Guardia Civil encontró 10 kilos de resina de hachís y 33 gramos de cocaína con una pureza que llegaba al 60 por ciento. Sin embargo, la Audiencia Provincial concluye que de las investigaciones desarrolladas no se puede demostrar que la droga perteneciera efectivamente al entonces acusado y hay sospechas de que fue introducida en el vehículo por terceros.

La Policía Local recibió una llamada anónima, aunque se identificaba como el alcalde de Guía, en la madrugada del 14 de abril de 2016, que alertaba de que alguien estaba introduciendo droga en un Seat Ibiza.

Personados en el lugar, los agentes municipales observaron que en la parte trasera del sillón del conductor había un paquete.

Ante esa circunstancia, los policías locales hicieron que miembros de la familia abrieran el coche y en ese momento comprobaron que se trataba de cannabis. Tras inspeccionar el resto del vehículo, los funcionarios policiales no encontraron nada más.

Fue entonces cuando detuvieron al encartado, que, desde un primer momento, aseguró que la droga no era suya.

A la mañana siguiente, guardias civiles realizaron otra inspección en el turismo y encontraron la cocaína detrás del asiento del conductor.

El arrestado declaró que sólo utilizaba el coche cuando se averiaba el suyo, lo que no había ocurrido el día de los hechos.

Los guardia civiles relataron que, una hora antes de la llamada anónima, habían recibido otra de una persona denunciando que estaba cansado de que en esa calle se traficara con droga y que estaba viendo cómo la introducían en el vehículo mencionado. Para la sala, se trata de "contradicciones evidentes".

Pero, además, se comprobó que las llamadas a las fuerzas de seguridad se hicieron desde dos cabinas teléfonicas situadas lejos del lugar donde se requisaron estas sustancias.

Por lo tanto, era imposible que los alertantes fueran testigos de lo que supuestamente estaba ocurriendo.

Otro tanto ocurre con que la puerta del coche estuviera cerrada, ya que existen métodos para abrirla sin que se note.

Por todo ello, ante las dudas surgidas, la sala optó por la absolución del varón detenido.