Por José Sanz (OTR/PRESS)

Una vez más el pasado 19 de mayo nos levantamos con la terrible noticia de una nueva catástrofe aérea, que ha ocasionado la desaparición de 66 personas entre tripulantes y pasajeros y el más que probable impacto que irá teniendo en el turismo y como consecuencia en la ya muy depauperada economía egipcia.

Desde ese momento la mayoría de los medios de comunicación del mundo han abierto con esa noticia y han dedicado mucho espacio a hablar del tema, salvo los que dedican su tiempo a las banderas en los campos de fútbol o a los toros en Tordesillas, campaña electoral en estado puro ¡por qué le seguimos llamando precampaña!.

Probablemente ya nadie se acuerda de que una semana antes murieron más de 100 personas en diversos atentados terroristas en la zona incluyendo en el propio Egipto.

Tómese como ejemplo los titulares aparecidos en el diario "El País" la semana anterior

15 de mayo: Al menos 37 muertos en un atentado contra una comisaría en Yemen

El ataque, que deja 60 heridos, ha sido reivindicado por el Estado Islámico

11 de Mayo: Tres coches bomba causan 94 muertos en varios atentados en Bagdad

El ISIS se responsabiliza de los tres atentados dirigidos contra la comunidad chií

10 de mayo: Ocho policías egipcios mueren en un ataque del Estado Islámico al sur de El Cairo

¿Esto qué significa? ¿que la sociedad se está volviendo tan fría que no le importan los muertos si son de "ellos" o es que una catástrofe aérea sigue siendo un gran foco de atracción para todo el mundo no importa lo lejos que estén geográfica o sentimentalmente de los afectados.

Del primer caso ya me gustaría decir algo sobre la poca humanidad que algunas veces los países "sociales, democráticos, etc..." tienen respecto a los muertos de "ellos" pero esa no es mi especialidad y prefiero no entrar.

Vamos entonces a centrarnos en el accidente aéreo por su impacto global, no porque haya sido más catastrófico que otros actos terroristas muy cercanos.

Cuando escribo estas líneas las últimas noticias son que a través del ACARS (Aircraft Communications Addressing and Reporting System) se recibieron en el centro de operaciones de la compañía alarmas que indicaban, una, la presencia de humo en el lavabo próximo a la cabina del piloto, y otra en el sistema electrónico o de control del avión.

A partir de aquí las especulaciones de hoy se inclinan ahora más a la posibilidad de accidente y justifican la falta de comunicación de piloto a que tuvo que estar con la máscara colocada, etc, etc. Veremos cuál es la teoría de mañana o la que tenga más peso en el momento en el que lean estas líneas.

Faltan muchos datos para llegar a una conclusión definitiva, recuérdese el caso de Germanwings, quien iba a esperar lo que realmente pasó.

En un principio lo que sí parece claro es que algo brusco pasó, algo que no permitió a la tripulación realizar las labores adecuadas tanto de comunicación como de manejo del avión, por ello todos los comentarios van encaminados al ataque terrorista, hasta lo del humo que parece que establece otra opción posible.

El tema de la seguridad aérea requiere un análisis tranquilo y en frio, con la cabeza y no con el corazón porque si se siguen tomando medidas una sobre otra, cada una como respuesta al último ataque, llegará un momento en se paralice el sistema.

Como están diciendo los profesionales del sector, encabezados por los pilotos, el transporte aéreo es el transporte más seguro que existe y hacerlo todavía más seguro contra este nuevo y salvaje terrorismo es posible y no hay que rendirse ante lo que está pasando.

Si se analizan los movimientos previos antes de llegar a París que hizo el avión de Egyptair se podría pensar que el riesgo con el que llegó a París era alto ya que por supuesto no se pueden considerar que los aeropuertos de los que provenía tienen el mismo estándar de seguridad que los aeropuertos europeos. En esos casos la norma es muy clara: hayque reinspeccionar a los pasajeros y a las aeronaves antes de dejar partir de nuevo desde un aeropuerto europeo a esa aeronave, así que el caso está contemplado en la norma, a lo mejor visto la capacidad destructiva de los dispositivos que usan los ISIS habría que endurecer la norma especialmente en la inspección de aeronaves que provienen de otros aeropuertos (véase el accidente que provocaron del avión de la compañía rusa Metrojet con un explosivo en una lata de refresco)

También se discute el perfil de los 80.000 trabajadores del aeropuerto de Paris y se dice que están siendo investigados a fondo.

En un artículo previo ya comenté mi opinión de que el background check tiene que ser exhaustivo y establecer como infraestructura crítica que es un aeropuerto normas similares a las que tienen los cuerpos policiales que no permiten que entren en sus organizaciones gente que la legislación laboral normal si que permite acceder.

Y por supuesto insisto de nuevo en que la Inteligencia es la solución mejor que existe siempre que se consiga la coordinación entre las distintas fuentes de información; el terrorismo es global, la aviación no tiene fronteras, ¿por qué entonces no se hace, igual que existe el proyecto europeo de One Stop Security un proyecto de One Common Intelligence?.

Todos los profesionales lo ven necesario pero parece que los políticos no tanto ya que se ponen por encima unos extraños valores de privacidad.

Los españoles podríamos explicar que no pasa nada, que entregar tu DNI cuando compras un billete o cuando entras en un hotel no atenta contra tu intimidad si eso aumenta tu seguridad.

Bueno y finalmente la pregunta que muchos nos hacemos es: si ha sido un atentado, por qué hasta el momento nadie lo ha reivindicado.

Una vez consultados expertos en la materia hay dos opiniones: la primera que no haya sido un atentado y la segunda que el grupo que lo ha ejecutado haya sido una de las células independientes sin relación directa con la estructura de mando que existen por el mundo o lo que sería peor que no se quiera que se sepa para permitir usar el mismo procedimiento en futuros ataques.

Pero vuelvo al principio, no hay suficiente información hasta el momento para llegar a una conclusión definitiva. Y lo más importante: hay que seguir confiando en la seguridad en la aviación que está en manos de muy buenos profesionales a los que sólo les falta que les dejen trabajar tranquilos, sin que se les obligue a tomar medidas que respondan en caliente a cada una de las situaciones que puedan suceder y a acumular medida sobre medida física mientras que lasde inteligencia que todos apoyan se encuentran con mas y mas obstáculos como decía aquel habría que recordarles a los reticentes en estos temas:

Y cuando vinieron a por mi ya era tarde...

José Sanz, Instructor Internacional de IATA en Gestión y Seguridad de Aeropuertos.