Los españoles Marta Miguel y David Hernández se encuentran en buen estado de salud y ánimo tras llegar hoy a la población de Kota Kinabalu, en el este de Malasia, después de permanecer nueve días a la deriva en el mar.

"Estamos a tope", señaló la pareja desde una habitación del hospital donde han pasado un reconocimiento médico y tras reencontrarse con algunos de sus familiares que han viajado a la capital del estado malasio de Sabah, en el noreste de la isla de Borneo.

La pareja española junto al chino Tommy Lam y la malasia Armella Ali Hassan regresaban el 2 de mayo pasado de una excursión a la isla de Balambangan, en Sabah, cuando su embarcación volcó y acabó a la deriva.

"Fueron varias las oportunidades que tuvimos de ser rescatados, pero siempre se nos escaparon. Hasta que al noveno día -el 10 de mayo- nos recataron los pescadores vietnamitas", rememora Miguel.

Los vietnamitas faenaban de manera ilegal en aguas de Malasia, por lo que no avisaron inmediatamente a las autoridades malasias ni al operativo que los buscaba, en el que participaban nueve buques, tres aviones, un helicóptero y un equipo de buceadores.

La Marina malasia tuvo que interceptar a otros pescadores vietnamitas para enterarse del rescate y poder enviar dos navíos, el Bistari y el Baung, a recoger a los cuatro náufragos.

El Bistari recogió al grupo el jueves por la tarde en Malasia y los llevó a una base naval, desde donde a primeras horas de hoy partieron en un hidroavión Bombardier CL415 hasta Kota Kinabalu.

Familiares y las autoridades locales recibieron a pie de pista a los rescatados.

Hernández, con barba poblada y camiseta roja, bajó las escaleras de la aeronave con una amplia sonrisa y entre sollozos se abrazó a su madre.

"Me van a matar a sustos", comentó la madre más tarde, cuando los dos madrileños se encontraban bien atendidos en el hospital Gleneagle.

Ambos decían en el centro hospitalario que se sentían bien, a pesar de las fuertes quemaduras producidas por el sol que mostraban en la piel.

"Ha habido momentos difíciles, de frustración y de impotencia absoluta, pero miedo de (pensar) se ha acabado: no", señaló Hernández.

"Siempre hemos tenido esperanza. En ningún momento hemos pensado que era el final", apuntó Miguel desde la camilla.

La madrileña, que está muy agradecida a las autoridades malasias y españolas, considera sus salvadores a los pescadores vietnamitas que encontraron, porque les han cuidado cuando se estaba en "el peor estado".

Durante dos días, los vietnamitas alimentaron y dieron de beber a los cuatro náufragos, además de atender sus heridas y ayudarles a lavarse.

"Sabíamos que antes o después ellos nos iban a dejar (...) en Vietnam. Eso significaba estar con ellos diez días. Ya nos habíamos hecho un poco hasta la idea" de que tardarían en regresar a Malasia, relató la española.

Marta Miguel y David Hernández habían llegado a Malasia en enero en busca de oportunidades y desde febrero trabajaban en Sabah, en el complejo hotelero Tommy''s Place, a cambio de alojamiento y comida.

El chino rescatado es el dueño del establecimiento; y la malasia, una compañera de trabajo.

Él es técnico electricista y trabajaba en mantenimiento, y ella, especialista en comunicación y se encargaba de la gestión del complejo.

Kudat, enclavado entre playas y cocoteros, no fue accesible por carretera hasta los años 60, y se ha convertido en los últimos años en un destino turístico para amantes de los deportes como el surf o el submarinismo.

La pareja de españoles tendrá que pasar unos días más en el Malasia para completar las declaraciones oficiales y recobrar fuerzas, y después regresará a España con familiares.

A pesar de la "aventura" vivida, ambos tienen planes de volver a hacer las maletas rumbo a Malasia.