Siete personas de entre 19 y 49 años fueron detenidas por, presuntamente, formar una banda que cometió 52 hurtos o robos, la mayoría a personas mayores a las que seguían después de extraer importantes cantidades de dinero de bancos, lo que en el argot policial se conoce como "cogotazos".

Esta organización estaba asentada en Orihuela aunque, además de Alicante, se desplazaba a otras provincias, como Murcia, para realizar los asaltos. Los siete arrestados son de origen búlgaro y acumulaban un total de 145 detenciones.