Los Bomberos han alegado hoy que la noche del pasado lunes alertaron al geriátrico "Ribera de Sió" de Agramunt (Lleida) del riesgo de inundación horas antes de que cuatro ancianas murieran al anegarse el semisótano de la residencia, que no volverá a acoger habitaciones.

Según han informado fuentes de la consellería de Interior, un grupo de bomberos voluntarios de Agramunt recorrió alrededor de la medianoche del lunes la localidad utilizando megáfonos para advertir del riesgo de inundaciones y la comitiva se detuvo en puntos sensibles concretos, como la residencia, para alertar de que el río Sió estaba a punto de desbordarse.

"Nos consta que el cuerpo de Bomberos de Agramunt estuvo advirtiendo, incluso por megafonía aquella misma noche, a la población, y que estuvo realizando incluso avisos puntuales por la posibilidad de que se produjesen afectaciones por las riadas", ha indicado hoy el conseller de Interior, Jordi Jané.

Por contra, Josep Esteve, miembro del consejo de administración de la residencia, ha asegurado hoy en una rueda de prensa junto al alcalde de Agramunt, Bernat Solé, que no recibieron ningún aviso.

El alcalde ha reconocido, no obstante, que a las once de la noche recibió una alerta de la Generalitat por lluvias intensas en la zona, pero ha lamentado que no se le concretó que pudieran afectar a la cuenca del río Sió.

Jané ha subrayado que el lunes se activó la fase de alerta del plan de emergencias por inundaciones y que, cuando minutos después de las cuatro de la madrugada se recibió el aviso de la inundación en la residencia, los equipos de emergencia "llegaron al instante".

Los Mossos d''Esquadra, el Síndic de Greuges y la justicia mantienen abierta una investigación sobre lo ocurrido, en un caso en el que, según Jané, la respuesta de los equipos de emergencia fue "correcta".

Por su parte, Josep Esteve ha anunciado que el semisótano afectado -en el que dormían nueve ancianos- estará inoperativo unos dos meses -el agua llegó a los dos metros y medio de altura- ya que se tiene que secar, pintar y arreglar, si bien ya no volverá a acoger habitaciones.

En esta planta se ubicaba el comedor, la cocina, la peluquería, la sala de rehabilitación y la unidad de demencia, en la que se encontraban ingresadas las ancianas fallecidas.

"Es nuestra planta noble. Creemos que en dos meses estará reactivada la zona común, pero respecto a la unidad de demencia, el consejo de administración tiene previsto suprimir estas habitaciones de la planta baja", ha indicado Esteve.

Los cinco ancianos que pudieron ser rescatados con vida -tres de los cuales llevaban elementos de contención a sus camas, lo que les permitió sobrevivir ya que flotaron en el agua en su colchoneta- han recibido ya el alta.

Según Esteve, la riada generó una acumulación de agua en el jardín que rompió la puerta de la planta baja, que da a la sala de actividades, con lo que se creó "un efecto tsunami que en pocos minutos inundó toda la planta".

"La gran fuerza del agua, combinada con la falta de aviso de la situación que estaba a punto de sufrir Agramunt, hizo que el tiempo de reacción fuera insuficiente. Desde la residencia queremos estudiar y esclarecer el motivo por el cual no se recibió ningún aviso a la residencia o el resto de vecinos con tiempo suficiente", ha apuntado Esteve.

El alcalde de Agramunt ha aclarado por su parte que en el año 2002, cuando se otorgó la licencia para la construcción de la residencia, no eran preceptivos los informes de inundabilidad, lo que sí es necesario con el cambio posterior a la ley.

Por su parte, el presidente de la Sociedad Catalana de Geriatría y Gerontología, Domingo Ruiz, ha afirmado que no es cierto que las medidas de contención o sujeción de los ancianos en los geriátricos tengan que ser una medida habitual para su seguridad, sino que deben ser una excepción para casos concretos.